¿Cómo saber si mi perra no puede parir?

¿Cómo saber si mi perra no puede parir?

Cuidar de una camada de cachorros desde que nacen y verlos crecer cada día es algo muy gratificante y especial, pero, en ocasiones, el momento del parto puede no resultar sencillo para una perra. Aunque las perras, por lo general, son perfectamente capaces de parir solas y sin ayuda, esto no siempre ocurre, pues pueden darse una serie de factores y situaciones que provoquen distocias en el parto, es decir, problemas o dificultades para parir con normalidad.

Si tu perra está preñada y te preocupa que no pueda tener un parto normal, en este artículo de ExpertoAnimal te orientamos sobre algunos aspectos básicos que debes conocer si tu peluda está preñada, te explicamos cómo saber si tu perra no puede parir y qué debes hacer al respecto. ¡Vamos allá!

¿Cuánto dura el parto de una perra normal?

La gestación de las perras tiene una duración comprendida entre los 57 y los 63 días, tras los cuales se produce el nacimiento de los cachorros. El parto se desencadena en el momento en que los cachorros ya han alcanzado un nivel óptimo de desarrollo y se divide en una serie de fases.

  1. Dilatación: para poder expulsar a los cachorros, las perras deben experimentar previamente una dilatación del canal del parto, proceso que puede durar entre 6 y 12 horas. En caso de que la perra sea primeriza, esta fase puede prolongarse hasta las 36 horas.
  2. Expulsión fetal: normalmente, las perras tardan entre 4 y 6 horas en parir a todos sus cachorros, pero esto dependerá de la cantidad de crías que haya gestado. Por lo general, entre un cachorro y otro pueden pasar desde 15 minutos hasta una hora y media.
  3. Expulsión de placentas: cada cachorro tiene su propia placenta, que es expulsada entre 10 y 15 minutos después de la salida del perrito correspondiente. sin embargo, en ocasiones la expulsión de la última placenta puede prolongarse hasta 24 horas. Cada vez que la perra expulse una placenta, se la comerá, es algo natural y totalmente normal, no obstante, para prevenir problemas gastrointestinales, es conveniente evitar que se coma más de tres o cuatro.

Hay que tener en cuenta que, una vez finalizado el parto, la perra expulsará los loquios, que son una serie de secreciones y restos de tejidos provenientes del útero. Esta expulsión de loquios es bastante duradera y una perra puede estar perfectamente tres o cuatro semanas con secreción vaginal. Es importante que se monitorice esta secreción y, si empieza a oler mal o cambia de color o de densidad, se acuda al veterinario.

Señales de que mi perra no puede parir

Cuando se acerca la fecha prevista del parto, es imprescindible que observes bien el comportamiento de la perra para poder detectar cualquier signo de incomodidad o dolor. Si esta fecha se supera y el animal no se pone de parto, tendrás que avisar al veterinario. Otras señales que pueden indicar que tu perra no puede parir son las siguientes:

Señal 1: descenso de la temperatura sin expulsión

Con el objetivo de poder calcular con la mayor precisión posible el momento en que se pondrá de parto, debes medir la temperatura rectal de la perra tres veces al día, desde el día 55 tras la cubrición. Aquí te contamos cómo: "¿Cómo tomar la temperatura a un perro?".

En el momento en que su temperatura baje de los 37ºC en dos o más tomas consecutivas, el parto debería producirse en un intervalo de 24 horas. En caso de que se cumpla este tiempo y la perra no haya iniciado el proceso de parto, se debe acudir al veterinario para que haga una determinación de progesterona, pues es probable que exista algún problema.

Señal 2: secreción vulvar verde sin expulsión

Por otra parte, cuando la perra está a menos de dos horas de iniciar el parto, comienza a eliminar una secreción vulvar verde, denominada uteroverdina, que indica que se ha producido la primera separación placentaria. Si tu perra presenta esta secreción y, pasadas un par de horas todavía no ha expulsado ningún cachorro, tendrás que contactar con el veterinario para averiguar qué está ocurriendo.

Señal 3: contracciones sin expulsión

Por último, otra señal clara de que tu perra no puede parir con normalidad es el hecho de que tenga contracciones, pero no expulse ningún feto. Si las contracciones son fuertes, no deberían durar más de 45 minutos y si son débiles, más de 4 o 6 horas. Si estos tiempos se supera, quizá la perra no sea capaz de parir.

¿Por qué mi perra no puede parir?

La dificultad para parir se conoce con el nombre de distocia y, aunque existen muchas posibles causas de distocias, las principales en la especie canina son las siguientes:

  • Aborto: es posible que, por algún motivo, uno o varios fetos hayan muerto poco antes de finalizar su desarrollo y hayan quedado en el útero materno. Estos fetos no podrán ser expulsados de manera natural por la perra y será necesario recurrir a una cesárea para extraerlos.
  • Alteraciones en el canal del parto: si la perra padece alguna patología que estrecha, obstruye o irrita el canal del parto, puede tener dificultades para parir con normalidad.
  • Inercia uterina o abdominal: hace referencia a una inhibición de las contracciones. Si la perra no tiene contracciones, no va a poder parir y esto ocurre de manera habitual en ciertas razas braquicéfalas, como los bulldog. Si la perra padece inercia uterina o abdominal, debe someterse a una cesárea.
  • Desproporción feto-pélvica: ocurre cuando los cachorros son demasiado grandes y no caben por el canal del parto. Suele ocurrir cuando la hembra está gestante de un solo cachorro o cuando la perra ha sido cubierta por un macho mucho más grande que ella. Igual que en los casos anteriores, se necesita una cesárea para resolver el problema.

¿Qué hacer si mi perra no puede parir?

Un parto dificultoso, que no se produce cuando toca o que se alarga demasiado en el tiempo puede suponer un gran riesgo, no solo para los cachorros, sino también para la salud de la perra. Para prevenir problemas, es necesario que realices un adecuado seguimiento de la gestación de la perra, tanto en casa como en la clínica.

En el momento en que existan indicios de que el parto se va a producir, tendrás que estar muy atento y procurar que todo se desarrolle con normalidad, siguiendo las indicaciones que el veterinario te habrá dado previamente. Si sospechas que la perra no puede parir con normalidad, asegúrate de que realmente está de parto, por ejemplo, tomándole la temperatura rectal u observando si hay presencia o ausencia de secreción verdosa. Ante la duda, es muy importante que tengas siempre a mano el teléfono de tu veterinario, o de una clínica de urgencias y que no trates nunca de intervenir por tu cuenta, pues podrías empeorar la situación.

Tras dar aviso a la clínica u hospital, sigue sus instrucciones y traslada a la perra hasta sus instalaciones para que los veterinarios puedan asistir el parto. En caso de que la perra ya haya tenido algún cachorro, envuélvelo en una manta, mantenlo caliente y llévalo junto con la madre, para que lo revisen.

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