¿Dónde viven los capibaras?

Los capibaras no andan lejos del agua. Prefieren vivir cerca de ríos, lagunas, pantanos y estuarios, lugares donde pueden refrescarse, esconderse o huir si se sienten amenazados. Según las condiciones del entorno, como la presencia de depredadores o la presión de caza, pueden llevar una vida más solitaria o agruparse en familias grandes, incluso de hasta 30 miembros.

Suelen moverse de día o de noche según cómo esté el clima o si hay humanos cerca. En países como Venezuela o regiones del Pantanal brasileño, pueden reproducirse en cualquier época del año, aunque lo más común es que solo tengan una camada. Los machos dominantes protegen el grupo y los sitios donde encuentran comida, sobre todo cerca del agua.

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Los capibaras son animales nativos principalmente de zonas tropicales de Sudamérica, extendiéndose hasta Centroamérica. Los países donde viven los carpinchos o capibara son los siguientes:

• Capibara común: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
• Capibara menor: Colombia, Panamá y Venezuela.

Sí, en España es posible ver capibaras, pero no en estado salvaje. Estos curiosos roedores se encuentran en varios zoológicos y parques de fauna del país, donde viven en espacios adaptados a sus necesidades acuáticas. En estos entornos, los animales reciben cuidados veterinarios y alimentación adecuada, lo que les permite llevar una vida tranquila, sin embargo, nunca es igual a las condiciones naturales de su hábitat original.

Los capibaras están acostumbrados a climas cálidos y tropicales con buena presencia de agua. Viven en varios países de Sudamérica como mencionamos, donde abundan las lluvias, sobre todo en épocas húmedas. Su hábitat natural suele tener temperaturas elevadas durante casi todo el año, con estaciones secas y lluviosas bien marcadas. Les encanta estar cerca de ríos, pantanos o sabanas inundables, donde pueden refrescarse con facilidad.

Por su parte el capibara menor, que se encuentra solo en Colombia, Panamá y Venezuela, también habita zonas similares, con climas tropicales que permiten que el agua esté siempre cerca. Sin humedad y calor, estos animales no estarían en su ambiente ideal.

Los capibaras tienen una forma muy particular de adaptarse a los lugares donde viven. Se sienten igual de cómodos en tierra que en el agua, y no es raro verlos nadando o sumergidos para refrescarse cuando el calor aumenta.

Su cuerpo, ligeramente más denso que el agua, los ayuda a flotar con facilidad. Su forma de vida en grupo también es una clave importante, ya que suelen vivir en grupos de unos 10 adultos, aunque pueden llegar a reunirse hasta 30 cuando el agua escasea, especialmente en la estación seca.

En esas agrupaciones, hay un orden bien marcado, sobre todo entre los machos, que establecen jerarquías claras para mantener el orden. Vivir en grupo no solo les da protección, también les asegura acceso a zonas de pasto y la posibilidad de reproducirse.

Cuando el sol está muy fuerte, se refugian en el agua o en zonas más frescas, ya que su gran tamaño los hace más sensibles al calor. Todo esto les permite sobrevivir y mantenerse bien en este tipo de entornos.

Aquí te explicamos más sobre los "Cuidados del capibara".

Aunque los capibaras son nativos de Sudamérica, en teoría podrían adaptarse a otros lugares que tengan condiciones similares a sus hábitats naturales, es decir, climas cálidos o templados con acceso a cuerpos de agua como ríos, lagunas o pantanos.

Sin embargo, su presencia fuera de su zona original es muy limitada y generalmente ocurre en espacios controlados como zoológicos o reservas de fauna.

Fuera de Sudamérica no se han establecido poblaciones silvestres estables, ya que necesitan un ambiente con suficiente agua y alimento, y además enfrentan desafíos como depredadores o enfermedades desconocidas. Por eso, aunque pueden vivir en cautiverio casi en cualquier parte, su supervivencia en libertad depende mucho del lugar y las condiciones.

Si quieres observar capibaras en su ambiente natural, la mejor opción es visitar espacios naturales en Sudamérica, donde estos roedores viven de forma libre. Los países de donde son nativos cuentan con parques nacionales, reservas y humedales donde los capibaras pueden encontrarse cerca de ríos, pantanos y sabanas inundables.

Por ejemplo, el Pantanal brasileño es uno de los ecosistemas más reconocidos para verlos en grandes grupos, igual que en algunas áreas protegidas de Venezuela o Colombia.

Aunque muchos zoológicos en el mundo exhiben capibaras, es importante recordar que estos espacios no reemplazan la libertad y la complejidad de su hábitat natural. Los zoológicos tradicionales limitan el movimiento y la conducta natural de los animales, lo que puede afectar su bienestar.

Solo aquellos centros dedicados al rescate y rehabilitación de fauna, que trabajan para devolver a los animales a su entorno, ofrecen una función realmente positiva para su conservación y calidad de vida. Por eso, nada se compara con la experiencia de ver capibaras en su ecosistema, disfrutando de la naturaleza que realmente les pertenece.

El capibara está clasificado como de Menor Preocupación, pero no está libre de amenazas. En este sentido, la caza para obtención de su carne y cuero es la principal presión que recibe, al punto que varias poblaciones locales, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, han sido acabadas.

En cuanto al capibara menor, se incluye en la categoría de Datos Insuficientes, pero se sabe que lo afecta la caza y la destrucción acelerada del hábitat, como los bosques de galería y pantanos.

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