No, las lechuzas no son peligrosas, pero sí que pueden atacar si perciben una amenaza cerca de su nido, sus crías o se sienten acorraladas.
Las lechuzas han despertado tanto admiración como temor en diversas culturas, a menudo envueltas en un halo de misterio. Pertenecen a la familia Tytonidae, emparentadas con los búhos, se reconocen unas 20 especies distribuidas principalmente en zonas tropicales, aunque algunas, como la lechuza común (Tyto alba), se adaptan a climas más templados. Habitan desde frondosos bosques hasta extensos pastizales abiertos. Su aspecto es inconfundible, un rostro en forma de corazón, ojos pequeños y un cuerpo cubierto de plumaje denso y suave, diseñado para el sigilo.
Aunque morfológicamente distintas de otros búhos, comparten con ellos afiladas garras y habilidades de caza sorprendentes. Pero, ¿hasta qué punto las lechuzas son peligrosas? En este artículo de ExpertoAnimal, exploramos si su fama es merecida o simplemente un eco de viejos mitos.
¿Las lechuzas son agresivas?
Las lechuzas no son aves agresivas por naturaleza. Su comportamiento suele ser reservado, y muchas especies tienden a evitar el contacto con seres humanos. Viven solas o en pareja, ocupando territorios que rara vez abandonan, y concentran su actividad principalmente durante la noche.
Su vida gira en torno a la caza de pequeños animales, como ratones, ranas, insectos o aves pequeñas, y poseen adaptaciones extraordinarias para hacerlo, como el vuelo silencioso, una audición aguda y una visión precisa en condiciones de poca luz.
Sin embargo, pueden mostrar actitudes defensivas si perciben una amenaza, especialmente cerca de su nido. En estos casos, algunas especies, como la lechuza común, adoptan una postura de intimidación, entonces, extienden las alas y la cola, sisean, chasquean el pico y sacuden la cabeza de manera llamativa. Esta conducta tiene un fin disuasivo más que ofensivo, y rara vez termina en un ataque físico. Es un modo de advertencia, sin necesidad de recurrir a la violencia.
¿Las lechuzas son peligrosas para los humanos?
A pesar de los mitos y supersticiones que rodean a estas aves, la realidad es que las lechuzas no representan un peligro para los humanos. Su dieta no incluye animales de gran tamaño ni tienen el comportamiento territorial de otras aves más agresivas. No atacan personas, y los encuentros con ellas suelen ser breves y sin incidentes.
Las únicas situaciones en las que una lechuza podría actuar con cierta hostilidad es al defender su nido, sus crías o si se siente acorralada. Incluso entonces, sus reacciones no suelen ser peligrosas. En resumen, aunque pueden parecer intimidantes, las lechuzas no dan mala suerte ni son una amenaza real para las personas. Son más víctimas del miedo cultural que depredadoras temibles.
¿Las lechuzas atacan a los perros, gatos y otras mascotas?
Es comprensible que muchos dueños de mascotas sientan preocupación al ver una lechuza posada en un árbol cercano, sobre todo si tienen animales pequeños en casa. Sin embargo, es importante entender que las lechuzas son depredadoras nocturnas muy especializadas, que enfocan su caza en pequeños mamíferos como:
- Ratones.
- Topillos.
- Musarañas.
- Ratas.
- Incluso conejos jóvenes o aves pequeñas.
Sus ataques son precisos y eficientes. Las lechuzas no hacen ruido al volar a baja altura, así que detectan a sus presas gracias a una audición extremadamente aguda, y las capturan con sus garras, asestando un golpe letal en el cráneo. Pero estas capacidades, aunque impresionantes, no están orientadas a atacar animales más grandes como perros o gatos adultos. Las lechuzas simplemente no ven en ellos una presa viable.
Ahora bien, podría haber riesgo para mascotas muy pequeñas, tales como conejillos de indias, hámsters o aves de jaula si están al aire libre y sin protección durante la noche, pero esto es excepcional. Las lechuzas no son agresivas por instinto ni buscan conflictos con animales domésticos.
Lo que sí se ha documentado es que, en ausencia de sus presas habituales, algunas lechuzas pueden adaptarse y cazar otras especies, incluso aves silvestres. Esto ha tenido consecuencias negativas cuando se introdujeron en ecosistemas ajenos, donde se buscaba usarlas como controladores biológicos de roedores, por ejemplo.
Sin embargo, en entornos domésticos o urbanos, las lechuzas no representan una amenaza real para nuestras mascotas. Además, en muchas culturas, las lechuzas dan buena suerte y son consideradas símbolos de sabiduría, protección y equilibrio natural. No obstante, como siempre, mantener a los animales pequeños bajo resguardo durante la noche es una medida de precaución sensata.
¿Qué hacer si una lechuza se acerca a tu casa?
Si una lechuza merodea tu casa, no hay razón para alarmarse. Estas aves suelen buscar refugio tranquilo o una buena zona de caza, y rara vez representan un peligro. Aunque algunos mitos han llevado a pensar que las lechuzas atacan a los humanos, lo cierto es que esto es extremadamente raro. Su presencia es mucho más común de lo que creemos, y muchas veces ni siquiera nos percatamos de que están en nuestras comunidades.
Si tienes mascotas pequeñas, mantenlas resguardadas durante la noche como medida preventiva. Evita manipular a la lechuza o acercarte sí parece herida; en ese caso, lo mejor es contactar a una organización de rescate de fauna silvestre.
Las lechuzas también pueden anidar en estructuras altas o árboles cercanos, lo cual, lejos de ser un problema, puede ayudarte a controlar naturalmente las poblaciones de roedores en los alrededores. Aunque a veces circulan ideas como que las lechuzas no son lo que parecen, estas creencias suelen estar basadas en supersticiones y desinformación. En realidad, las lechuzas son parte del ecosistema urbano, como muchas otras aves que han aprendido a convivir con nosotros, sin representar un peligro ni una amenaza.
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- Myers, P., R. Espinosa, C. S. Parr, T. Jones, G. S. Hammond, and T. A. Dewey. (2025). The Animal Diversity Web. Disponible en: https://animaldiversity.org