Leishmaniosis en gatos: contagio, síntomas y tratamiento

Leishmaniosis en gatos: contagio, síntomas y tratamiento

La leishmaniosis en gatos, o leishmaniasis felina, son dos términos que hacen referencia a una enfermedad parasitaria causada por protozoos del género Leishmania, parásitos unicelulares que se transmiten a través de la picadura de mosquitos flebótomos infectados. En nuestros gatos, la especie más comúnmente implicada es Leishmania infantum, que también es la causante de la mayoría de los casos en perros y en humanos en Europa, África y América del Sur. En muchas ocasiones, los gatos infestados no presentan síntomas, aunque a veces sí aparecen y pueden ser graves. Si quieres conocer más sobre la leishmaniosis en gatos, sus síntomas y cómo tratarla, continúa leyendo este artículo de ExpertoAnimal.

¿Qué es la leishmaniosis felina?

La leishmaniosis felina es una enfermedad infecciosa causada por parásitos protozoos del género Leishmania, que para ser transmitidos a nuestros pequeños felinos requieren de la picadura de mosquitos flebótomos. Aunque se trata de una enfermedad más común en perros, los gatos también pueden verse parasitados, especialmente en zonas donde la enfermedad es endémica, como el sur de Europa, Asia, América del Sur y algunas regiones de África. En los pequeños felinos, la infección puede ser subclínica durante largos periodos de tiempo, pero también puede manifestarse clínicamente, especialmente en gatos con el sistema inmunológico debilitado, mayores o enfermos.

Cada vez se reconoce más la leishmaniosis felina, tanto por el aumento de los casos reportados como por su impacto en la salud de nuestros pequeños felinos, así como por el papel que ejercen en la circulación del parásito.

¿Cómo se contagia la leishmaniosis en gatos?

El contagio o transmisión de la enfermedad no ocurre por contacto directo ni por compartir utensilios, comederos o bebederos. La leishmaniosis en nuestros gatos se transmite a través de la picadura de mosquitos flebótomos infectados por el parásito, que pican para alimentarse de la sangre de un animal portador, como puede ser otro gato o un perro. Estos mosquitos actúan como vectores o vehículos del parásito Leishmania, transmitiéndolo cuando pican a un gato.

¿La leishmaniosis en gatos se contagia a humanos?

Como ocurre entre gatos, la leishmaniosis felina no se contagia de forma directa a los humanos, pero sí se considera una enfermedad zoonótica, ya que también puede afectar a las personas si son picadas por mosquitos flebótomos que previamente han picado a un animal con Leishmania en sangre. Principalmente, estos animales son los perros, pero especialmente en las zonas endémicas de la enfermedad, se sabe que hay gatos que pueden portar el parásito en su sangre o piel, lo que los convierte en reservorios del parásito para otros gatos, perros e, incluso, humanos.

¿Cuáles son los síntomas de la leishmaniosis en gatos?

Como comentamos al principio, muchos gatos infectados se mantienen asintomáticos durante largos periodos de tiempo, lo que dificulta el diagnóstico temprano y favorece la diseminación de la Leishmania en zonas endémicas. Sin embargo, cuando la leishmaniosis felina produce síntomas, estos suelen ser cutáneos y/o afectar a órganos internos, y tienden a progresar más rápidamente y con mayor agresividad en gatos infectados con el virus de la inmunodeficiencia felina o el de la leucemia felina.

Entre los síntomas cutáneos de la leishmaniosis felina se encuentran lesiones crónicas y de difícil cicatrización, que suelen aparecer principalmente en la cabeza, las orejas, el hocico o las patas, como:

  • Úlceras.
  • Nódulos.
  • Costras.
  • Descamación.
  • Alopecia (pérdida de pelo).

Por otro lado, entre los síntomas sistémicos encontramos:

  • Anemia.
  • Adelgazamiento progresivo.
  • Fiebre.
  • Pérdida de apetito.
  • Letargo.
  • Debilidad.

En algunos casos también puede observarse un aumento del tamaño de los ganglios linfáticos (linfadenopatía), del hígado (hepatomegalia) o del bazo (esplenomegalia), así como lesiones oculares (conjuntivitis, lesiones corneales o uveítis) o estomatitis, lo que dificulta que nuestros pequeños felinos se alimenten con normalidad. Si la enfermedad progresa, puede llegar a afectar órganos vitales como los riñones, provocando insuficiencia renal.

¿Cómo se diagnostica la leishmaniosis felina?

El diagnóstico de la leishmaniosis en gatos puede ser todo un desafío, ya que muchos gatos son asintomáticos o, cuando presentan síntomas, estos pueden confundirse fácilmente con otros trastornos de salud felinos. Para diagnosticar la enfermedad, se deben realizar pruebas específicas que permitan detectar el parásito o la respuesta del sistema inmunológico del gato. Entre estas pruebas se encuentran técnicas como ELISA o IFI, aunque la más precisa es la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), que permite detectar el material genético del parásito en los tejidos, la sangre o los aspirados, con una buena especificidad y sensibilidad.

Otras pruebas que pueden realizarse son citologías o biopsias de las lesiones cutáneas, de la médula ósea o de los nódulos linfáticos, con el objetivo de visualizar directamente al parásito.

¿Tiene tratamiento la leishmaniosis en gatos?

La leishmaniosis felina sí tiene tratamiento, siendo el medicamento más empleado el alopurinol, que se administra por vía oral y ayuda a inhibir el crecimiento del parásito, controlando así los signos clínicos de la enfermedad. En algunos casos, puede combinarse con otros fármacos, como los antimoniales pentavalentes, por ejemplo, la meglumina antimonato o la miltefosina. Sin embargo, es fundamental tener extrema precaución, ya que nuestros pequeños felinos son mucho más sensibles a los efectos secundarios y tóxicos que nuestros compañeros caninos.

¿La leishmaniosis en gatos se cura?

Aunque la leishmaniosis en gatos tiene tratamiento, no siempre se consigue curar al animal; más bien, se busca controlar los síntomas, reducir la carga parasitaria y mejorar la calidad de vida de nuestros pequeños felinos. En los gatos, el tratamiento no está tan estandarizado como en los perros, por lo que debe individualizarse según cada caso, teniendo en cuenta la carga parasitaria y si, además, padecen otras enfermedades como la inmunodeficiencia felina o la leucemia felina.

¿Cómo prevenir la leishmaniosis en gatos?

La prevención de la leishmaniosis felina se basa en evitar el contacto con el mosquito flebótomo, transmisor del parásito, especialmente en las regiones endémicas de la enfermedad. Como medidas preventivas, se recomienda mantener a nuestro pequeño felino dentro del hogar durante las horas de mayor actividad del mosquito, que suelen ser al atardecer y al amanecer. También es aconsejable colocar mosquiteras en puertas y ventanas, y evitar los focos donde los mosquitos pueden reproducirse, como aguas estancadas o acumulación de materia orgánica. Además, es muy recomendable el uso de collares antiparasitarios o repelentes diseñados específicamente para gatos.

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¿Hay vacuna contra la leishmaniasis en gatos?

No, no existe ninguna vacuna para la leishmaniosis en gatos, a diferencia de los perros, para los cuales algunos países sí cuentan con vacunas comerciales contra la enfermedad. Por este motivo, la prevención del contacto con el mosquito sigue siendo la mejor medida para intentar evitar que nuestros pequeños felinos sufran leishmaniosis.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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