¿Dónde vive el tapir?

Los tapires habitan regiones tropicales y subtropicales del continente americano y del sudeste asiático. En la actualidad existen cuatro especies vivientes, cada una con una distribución definida:

• Tapir amazónico o tapir sudamericano (Tapirus terrestris): es la especie más extendida. Habita en la Amazonía, el Gran Chaco, el Pantanal, la Mata Atlántica, selvas de las Yungas y bosques tropicales de Brasil, Bolivia, Paraguay, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y el norte de Argentina.
• Tapir centroamericano o de Baird (Tapirus bairdii): se distribuye desde el sureste de México hasta Colombia, ocupando bosques húmedos, selvas nubladas y zonas costeras del Caribe y Pacífico.
• Tapir de montaña (Tapirus pinchquae): vive exclusivamente en los Andes de Colombia, Ecuador y el norte de Perú, principalmente en páramos, bosques montanos y ecosistemas andinos por encima de los 1.500 m.s.n.m.
• Tapir malayo (Tapirus indicus): la única especie asiática. Se encuentra en Tailandia, Malasia, Sumatra y Myanmar, generalmente en bosques tropicales húmedos de tierras bajas.

Aunque sus áreas de distribución son amplias, todas las especies muestran poblaciones fragmentadas, lo que dificulta su conectividad genética y aumenta su vulnerabilidad.

El hábitat del tapir es variado, pero todas las especies comparten una preferencia por ambientes con vegetación densa, disponibilidad de agua y recursos alimenticios abundantes.

Los bosques tropicales húmedos son los ecosistemas más utilizados por el tapir amazónico (T. terrestris), el tapir centroamericano (T. bairdii) y el tapir malayo (T. indicus). Aquí encuentran sombra, frutos y hojarasca, además de refugio contra depredadores. También los bosques secos y sabanas arboladas son ambientes que habitan, sobre todo, el tapir amazónico. Además, esta especie ocupa zonas de Chaco seco, Cerrado y sabanas del Pantanal, donde aprovecha charcas y cursos de agua permanentes. Los tapires son excelentes nadadores, por lo que frecuentan lagunas, arroyos y bañados para alimentarse, refrescarse y protegerse del calor.

En el caso del tapir de montaña (T. pinchaque), esta especie prefiere bosques montanos y páramos andinos, ya que vive en ambientes más fríos y húmedos, con abundante niebla y vegetación herbácea. Estos ecosistemas son esenciales para la regulación del agua en los Andes.

Por otra parte, en algunas regiones, los tapires utilizan bordes de cultivos y áreas en regeneración, aunque la presión humana limita su presencia prolongada. En todos los casos, los tapires necesitan áreas extensas y poco perturbadas, ya que sus desplazamientos diarios pueden superar los 5-7 km.

Los tapires presentan varias adaptaciones anatómicas y comportamentales que les permiten sobrevivir en ambientes de vegetación densa y alta humedad. Estas adaptaciones han permitido la supervivencia de su linaje durante millones de años, pese a los cambios climáticos y ambientales.

• Probóscide prensil: esta pequeña trompa es altamente flexible y les permite agarrar hojas, frutos y ramas, además de explorar el terreno y oler a larga distancia. Aquí te contamos "Qué come el tapir".
• Cuerpo robusto y aerodinámico: perfecto para desplazarse entre la vegetación cerrada sin quedar atrapados.
• Habilidades acuáticas: son excelentes nadadores y pueden sumergirse para alimentarse de plantas acuáticas o escapar de depredadores.
• Pies con dedos separados: poseen cuatro dedos en las patas delanteras y tres en las traseras, ideales para caminar en terrenos blandos, pantanosos y zonas húmedas.
• Actividad crepuscular y nocturna: reducen la exposición al calor y a depredadores, adaptándose mejor a ambientes tropicales.
• Alta capacidad de dispersión de semillas: muchas de las semillas de los frutos que consumen sobreviven al paso por su tracto digestivo, lo que les permite dispersar plantas a grandes distancias, un rol esencial en el bosque.

A pesar de su importancia ecológica, todas las especies de tapir están en categorías de amenaza según la UICN:

• Tapir centroamericano o de Baird (Tapirus bairdii): en peligro de extinción.
• Tapir de montaña (Tapirus pinchaque): en peligro de extinción.
• Tapir amazónico o tapir sudamericano (Tapirus terrestris): vulnerable.
• Tapir malayo (Tapirus indicus): en peligro de extinción.

Amenazas que enfrentan los tapires

Las principales amenazas son las siguientes:

1. Pérdida y fragmentación del hábitat.
2. Deforestación para agricultura, ganadería, urbanización y plantaciones industriales.

Esto hace que muchas poblaciones queden aisladas sin corredores que las conecten. También la caza y conflictos con humanos amenazan gravemente su supervivencia, ya que a menudo son cazados por su carne, como trofeos o por daños percibidos en cultivos, especialmente en Centroamérica y Sudamérica.

También, debido a carreteras y rutas que atraviesan hábitats esenciales, sufren atropellamientos, causando mortalidad directa y fragmentación. Además, se ven afectados por el cambio climático que afecta la disponibilidad de agua, la fenología de los frutos y la estructura del bosque, reduciendo recursos clave. Otra amenaza grave es la baja tasa reproductiva que presentan estas especies, ya que tienen una cría cada 2-3 años, lo que hace que la recuperación de las poblaciones sea muy lenta.

En este otro post encontrarás más detalles: "¿El tapir está en peligro de extinción?".

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