¿Los gatos detectan la maldad?
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Si alguna vez escuchaste a alguien decir que los gatos detectan la maldad, probablemente sentiste una gran curiosidad por saber si esta capacidad es real o solo fruto del amor de esas personas por estos nobles felinos. Después de varios siglos conviviendo con los humanos, los gatos se han habituado a nuestros hábitos y a nuestra forma de ser en general. Además, al basar su propia comunicación en el lenguaje corporal, los mininos muchas veces pueden captar nuestras emociones y nuestro estado de ánimo a través de los gestos, las expresiones faciales y las actitudes que mostramos, sin que necesitemos decirles ni una sola palabra.
Pero, ¿esto significa que los gatos detectan a las malas personas o que saben cuándo alguien tiene malas intenciones? Para descubrir la respuesta, ¡sigue leyendo este artículo de ExpertoAnimal!
¿Los gatos detectan las malas personas?
Para entender si los gatos detectan la maldad o no, debemos tener claro que el bien y el mal (y, en consecuencia, la bondad y la maldad) son conceptos inventados por el ser humano y están intrínsecamente relacionados con la moral.
En las últimas décadas, los estudios de etología felina avanzaron muchísimo, y hoy sabemos que la inteligencia y el comportamiento de los gatos van más allá de lo meramente instintivo. No obstante, no hay evidencia de que tenga sentido hablar de moralidad en el ámbito de la conducta social de los gatos o de otras especies que no sean la humana.
De hecho, cuando decimos que un animal es bueno o malo, o que se ha portado bien o mal, nos basamos puramente en nuestra percepción de su comportamiento. Esto ocurre porque, desde niños y niñas, nos han enseñado qué significa el “bien” y el “mal” o en qué consiste ser bueno o malo. Pero, como estas bases morales no forman parte del desarrollo del carácter de otras especies, no podemos afirmar que los gatos reconocen la maldad, sencillamente porque este concepto les es ajeno por completo.
¿Qué perciben realmente los gatos?
No obstante, es perfectamente posible que los poderosos sentidos de los gatos, sumados a su habilidad para “leer” el lenguaje corporal humano, les permitan percibir cuando una persona está predispuesta a actuar de forma poco amigable o incluso violenta.
Además, si a una persona no le gustan los gatos o les tiene miedo, su comportamiento reflejará ese malestar, y los gatos captarán rápidamente estas señales negativas, por lo que evitarán acercarse.
¿Cómo sienten los gatos la maldad?
Aunque no podemos afirmar que los gatos detectan la maldad, sí contamos con evidencias científicas de que pueden captar las emociones y los estados de ánimo de los humanos. Pero, como hemos mencionado, esto no se debe a una habilidad mística, sino a sus sentidos muy agudizados y a los pilares del lenguaje y la comunicación felina. Veamos, en más detalle, cómo perciben los gatos la maldad a su manera:
Reconocimiento olfativo
El olfato es una de las herramientas principales que los gatos utilizan para percibir el entorno y, en este caso, para detectar señales que podrían indicar emociones humanas negativas o comportamientos potencialmente “peligrosos”. Aunque no perciben la maldad como los humanos, sí pueden detectar cambios en el olor corporal que reflejan miedo, estrés o agresividad, lo que les permite evaluar si alguien representa una amenaza.
Está más que comprobado que los gatos tienen el olfato y la audición mucho más desarrollados que los seres humanos. Para que tengas una idea, los mininos pueden tener entre 50 y 200 millones de células olfativas, mientras que una persona posee alrededor de 10 millones. La estructura de sus orejas y de sus bigotes también está diseñada para maximizar la percepción de estímulos en su entorno, aun cuando no puedan identificar visualmente de dónde provienen.
Respecto al olfato, varios estudios han demostrado que los gatos pueden percibir cambios en el olor corporal de las personas. Estas alteraciones pueden ser resultado de cambios temporales en el metabolismo debido a la exposición a ciertos factores, como una intensa liberación de hormonas —adrenalina y cortisol— en contextos de miedo o estrés.
No obstante, estas alteraciones también pueden deberse a procesos como la gestación, disfunciones metabólicas o algunas patologías que afectan el correcto funcionamiento del cuerpo a nivel hormonal y celular. Por ejemplo:
- Diabetes.
- Problemas de tiroides.
- Cáncer o neoplasias.
De ahí que muchas personas afirmen que el embarazo y ciertas enfermedades son algunos de los factores que los gatos pueden “predecir”.
Otro dato interesante es que un estudio relativamente reciente, publicado en la National Library of Medicine (NIH), encontró que los gatos detectan estímulos olfativos humanos y que esta detección se procesa en el sistema límbico, responsable de regular las emociones en el organismo felino. Esto refuerza la idea de que, al captar las emociones humanas, los gatos tienden a reaccionar como si fueran propias.
Detección visual
Los hallazgos científicos de las últimas décadas también están cambiando la percepción tradicional sobre la visión de los gatos. Durante mucho tiempo se creyó que este sentido era secundario debido al gran desarrollo de su olfato y audición. Si bien su capacidad para distinguir colores puede ser limitada, sus ojos están muy adaptados a la escasez de luz. Estudios recientes apuntan a que la visión desempeña un papel importante en las interacciones de los gatos con las personas.
Por ejemplo, una investigación publicada en la revista Animals encontró que los gatos integran señales visuales y auditivas para reconocer emociones humanas como la alegría, la ira y el miedo. Otro estudio, titulado Emotion Recognition in Cats (“Reconocimiento de emociones en gatos”), reveló que los gatos pueden diferenciar las expresiones faciales de las personas y conectarlas con ciertas emociones, ajustando su conducta según lo percibido.
Gracias a esta capacidad de observar gestos, posturas y microexpresiones, los gatos pueden identificar comportamientos que sugieren tensión, agresividad o hostilidad. Es decir, aunque no perciban la maldad como un concepto humano, su visión les permite detectar señales de posibles intenciones negativas o peligrosas en las personas y reaccionar en consecuencia.
Sensibilidad al entorno
Los felinos suelen aferrarse a los hábitos por instinto de supervivencia y autopreservación. Cuanto menos se expongan a situaciones imprevistas o inciertas, más seguro estará su bienestar. En consecuencia, los gatos son muy sensibles a cualquier cambio en su entorno y rutina. Incluso cambios pequeños o repentinos pueden impactar negativamente en su comportamiento y salud.
Algo similar ocurre con el lenguaje corporal de las personas. Un cambio repentino de actitud puede producir miedo, rechazo o asombro en los mininos. Por ejemplo, si alguien empieza a gritar, reacciona intempestivamente, tiene movimientos erráticos o adopta una postura tensa cerca de un gato, lo más probable es que esto dispare una reacción negativa.
Por lo tanto, si una persona está muy estresada, miedosa, enfadada, o se encuentra bajo los efectos del alcohol u otras sustancias que alteran temporalmente el control de sus acciones, los gatos probablemente reconocerán estos cambios en su olor y lenguaje corporal. Dado que todas estas emociones y factores pueden llevar a una persona a actuar de forma impulsiva, exagerada, tensa o agresiva, podemos decir que los gatos detectan la “maldad” —o, mejor dicho— perciben que algo no está bien con esa persona.
Señales que muestran los gatos cuando detectan maldad
Entendiendo que no necesariamente los gatos detectan la maldad en el sentido moral, pero sí alteraciones emocionales, hormonales y fisiológicas en las personas, es útil conocer qué comportamientos pueden manifestarse en estas circunstancias para evitar conflictos o problemas de convivencia. Como hemos visto, los gatos tienden a reaccionar según lo que perciben, por lo que su reacción ante las emociones y comportamientos humanos tiende a alinearse con las propias acciones y señales físicas desplegadas por las personas.
En líneas generales, podemos decir que estas son las señales más comunes que muestran los gatos cuando detectan la maldad, o actitudes negativas, en las personas:
- Tendencia al aislamiento. Para evitar conflictos innecesarios, un gato puede alejarse de una persona que emite claros signos de miedo, ira, tensión o nerviosismo. Para leer más sobre ello, echa un vistazo a: “¿Por qué mi gato se esconde cuando viene gente?”.
- Activar el “modo alerta”. Señales como mantener las orejas erguidas o rotadas, pupilas dilatadas, mirada fija, cola erguida y tensionada, indican que el gato está poniendo suma atención a su entorno tras captar estímulos inusuales.
- Cambios en las vocalizaciones. Si un gato se siente inseguro o miedoso, tiende a actuar con cautela para no atraer la atención hacia sí mismo. Por ello, tienden a quedarse en silencio o emitir vocalizaciones muy discretas.
- Postura defensiva u ofensiva. Si la persona que emite señales dudosas o negativas quiere forzar algún tipo de interacción o manipulación en contra de la voluntad del gato, es muy probable que, al sentirse amenazado, el minino manifieste señales de alerta que anteceden un ataque directo, como bufidos y maullidos “gritados”, pelo erizado, orejas plegadas y la cola erecta y totalmente rígida.
En este último caso, frente a la manifestación de conductas defensivas u ofensivas, es esencial no actuar de forma precipitada y, principalmente, no regañar ni castigar a un gato que ya está claramente molesto o asustado. Lo mejor es respetar una distancia de seguridad, esperar a que el minino recupere un estado de equilibrio, y entonces aplicar estos “Consejos para calmar a un gato agresivo”.
¿Mi gato puede protegerme de las malas personas?
Es una pregunta muy difícil de responder, ya que no podemos apoyarnos en evidencias concretas o respaldadas por la ciencia. Sabemos que, pese a su independencia, los gatos pueden formar un vínculo de confianza y afecto profundo con sus tutores. Así pues, es posible que, al percibir que su persona de referencia está en peligro, un minino quiera ayudarla dentro de sus posibilidades.
No obstante, a diferencia de los perros, los gatos no han experimentado un proceso de domesticación, ni han sido sistemáticamente seleccionados y entrenados para el ejercicio de funciones de guardia y protección. Por ello, no podemos esperar que un gato demuestre su instinto de protección de la misma manera que un perro, porque son dos especies muy distintas que se relacionan con las personas de forma totalmente diferente.
En términos prácticos, es poco común y probable que un gato se abalance inmediatamente sobre una persona que intenta hacer daño a su tutor, tal y como haría buena parte de los perros para protegerlo más física y directamente. No obstante, los gatos tienen muchos otros gestos que revelan cuidado y preocupación por el bienestar de sus tutores. Algunos de ellos pueden parecernos extraños, como el hecho de que nos “regalen” presas muertas o que nos amasen.
Si quieres conocer las formas como tu minino expresa su afecto hacia ti, no te pierdas este artículo: “¿Cómo saber si tu gato te quiere?”.
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