¿Dónde viven las pirañas?

El hábitat de las pirañas corresponde a sistemas fluviales, es decir, cuerpos de agua dulce de Sudamérica. De esta manera, no habitan un solo tipo de río, sino un mosaico de ecosistemas acuáticos con las características propias de los grandes ríos neotropicales. Algunas especies se restringen a un único sistema fluvial, mientras que otras, como la piraña de vientre rojo (Pygocentrus nattereri), se extienden por diferentes cuencas y afluentes de distintos países.

Las aguas donde se encuentran las pirañas, que suelen ser dulces y cálidas, pueden oscilar entre los 15 °C y los 35 °C. Sin embargo, algunas toleran temperaturas de hasta 10 °C por cortos períodos. Comúnmente, estos peces prefieren corrientes rápidas, con aguas bravas y oxigenadas, pero también se les encuentra en ambientes más tranquilos, como lagos, llanuras aluviales y bosques inundados.

En este sentido, los lugares que pueden habitar las pirañas van desde aguas calmadas y lagos artificiales formados por presas, hasta aguas negras, ácidas y turbias que recorren los afluentes más apartados. Allí, en la compleja red de vida de estos ríos, entre raíces sumergidas y corrientes cambiantes, encuentran alimento, refugio y el espacio ideal para reproducirse.

Las pirañas habitan una impresionante red acuática que atraviesa gran parte de Sudamérica. El poderoso río Amazonas, con afluentes como el Madeira, Negro, Tapajós y Purus, es su principal refugio. También se encuentran en el Orinoco, que serpentea por Venezuela y Colombia, y en el río Tocantins, en Brasil. En el sur, el sistema Paraguay-Paraná, con el Pilcomayo y el Uruguay, ofrece ambientes ideales gracias a sus llanuras aluviales y lagos conectados. En Guyana, el río Esequibo y sus afluentes también albergan diversas especies.

Las pirañas no se limitan a los grandes cauces; también habitan lagos como el Balbina en Brasil, Itaipú en Paraguay y otros que se forman cuando un río cambia su curso.

No, las pirañas no habitan en el mar. Son peces estrictamente de agua dulce, presentes en ríos, lagos y lagunas del interior de Sudamérica. La salinidad del océano resulta letal para ellas, ya que su organismo no está adaptado para regular el equilibrio de sales en un ambiente marino. Por eso, las posibles menciones de pirañas en el mar son mitos: su verdadero hábitat son las aguas cálidas y dulces de la selva tropical.

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Las pirañas no realizan grandes migraciones, pero sí presentan movimientos marcados por los cambios estacionales. Durante la temporada de lluvias, cuando los ríos crecen y las llanuras se inundan, muchas especies se desplazan hacia estos nuevos hábitats temporales en busca de alimento y refugio. Allí encuentran una abundancia de presas y vegetación que favorece su reproducción. Cuando llega la estación seca y las aguas retroceden, regresan a los cauces principales, lagos permanentes o pozas más profundas, donde pueden sobrevivir hasta que las lluvias vuelvan a transformar el paisaje. Estos desplazamientos no son migraciones largas como las de otros peces, sino adaptaciones locales a un ambiente que cambia drásticamente a lo largo del año.

Ahora que sabes dónde viven las pirañas, respondemos en este otro artículo a otra de las grandes dudas: "¿Las pirañas comen personas?".

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