¿Cómo refrescar a un gato?

Los gatos no eliminan el exceso de calor de la misma forma que nosotros, pues ellos no sudan como los seres humanos, sino que regulan su temperatura corporal a través de estrategias mucho menos eficaces, como el jadeo, la muda y el acicalamiento del pelo, y la búsqueda activa de sitios ventilados o con sombra. Si no logran reducir su temperatura en ambientes muy calurosos pueden llegar a sufrir un golpe de calor.

El golpe de calor es extremadamente peligroso para los gatos, pues puede derivar en fallos orgánicos graves y provocar la muerte del felino en poco tiempo. Si no se atiende rápidamente, también cabe la posibilidad de que el gato quede con secuelas permanentes y, por ello, es imprescindible acudir al veterinario en cuanto aparezcan síntomas de sobrecalentamiento.

Cuando un gato no se encuentra bien no suele mostrar unos síntomas tan claros como sí lo hacen, por ejemplo, los perros, y esto dificulta mucho la identificación temprana de patologías felinas. Los gatos son animales muy resistentes, pero sufren cuando las temperaturas son muy elevadas y es necesario mantener al animal vigilado durante los meses más calurosos.

Es frecuente que, en verano, los gatos pasen más tiempo tumbados y durmiendo durante el día y se vuelvan más activos por la noche, cuando las temperaturas descienden un poco. Sin embargo, si observas que tu peludo pasa demasiado tiempo escondido, está muy apático, tiene signos de deshidratación, no se acicala y su pelo presenta un aspecto seco y quebradizo, respira de manera acelerada o empieza a jadear, puede estar sufriendo un sobrecalentamiento y es momento de actuar e intentar refrescarlo. Si, aún así, el animal continúa comportándose de manera extraña, sufre mareos o manifiesta dificultad para respirar, es urgente acudir al veterinario.

En este artículo te ayudamos a identificar si tu gato está deshidratado: "Síntomas de deshidratación en gatos".

Para prevenir golpes de calor debes asegurarte, en primer lugar, de que tu gato está correctamente hidratado. Los felinos no acostumbran a beber mucha agua y esto es un problema, especialmente durante el verano. Para evitar que su temperatura corporal se eleve por encima de los límites fisiológicos, es necesario que el gato esté bien hidratado y, para ello, puedes hacer lo siguiente:

1. Ofrecerle alimento húmedo de manera regular.
2. Instalar en casa fuentes de agua fresca que estimulen al gato a beber. Aquí encontrarás nuestra selección: "Las mejores fuentes para gatos".
3. Aumentar el número de bebederos del hogar.

Por otro lado, recomendamos los siguientes métodos para refrescar a un gato:

• Zona de descanso adecuada. Comprueba que la zona de descanso preferida de tu gato se encuentra en un lugar suficientemente ventilado y con sombra.
• Uso de ventiladores y/o camas refrescantes. Puedes colocar un ventilador en la estancia o encender el aire acondicionado durante las horas más calurosas para asegurar una temperatura ambiente agradable, así como proporcionarle al animal una esterilla o cama refrescante, que encontrarás fácilmente a la venta en tiendas y webs especializadas.
• Envolver botellas de agua congelada en un trapo o toalla y colocarlas cerca de la cama del gato, para que el animal se refresque al contacto con ellas. ¡Ojo! nunca coloques hielo u objetos congelados directamente sobre la piel del animal, pues podrías lesionarle.
• Control de las horas a las que sale. Si tu gato sale al exterior, evita que lo haga durante las horas centrales del día para limitar la exposición al sol y a las altas temperaturas del jardín.

Por último, es recomendable que cepilles al gato con regularidad, muy especialmente si tiene el manto largo, para prevenir la formación de nudos ayudarle a deshacerse de todo el pelo muerto que se acumula e impide una adecuada termorregulación.

Sí, puedes mojar al gato, pero teniendo en cuenta ciertas precauciones. Por lo general, a los gatos no les gusta el agua y mojar al felino puede ser algo extremadamente estresante para él. Por este motivo es importante saber cómo hacerlo de manera correcta y sin asustar al animal.

Nunca mojes al gato directamente con una manguera o similar ni lo sumerjas completamente en el agua. El objetivo no es bañar al animal sino simplemente refrescarlo. Para ello, es recomendable que humedezcas una toalla o un trapo con agua fresca, elimines el exceso de agua escurriéndola y luego lo pases suavemente por el pelaje del gato.

Para refrescar a un gato es recomendable humedecer las almohadillas de sus patas y algunas zonas sensibles como las axilas o el área inguinal. También puedes tratar de pasar un paño húmedo por la parte inferior de su cuello, su pecho y su abdomen, ¡pero ten cuidado!, muchos felinos no toleran que les toquen la zona del vientre y podrían enfadarse o estresarse.

Evita mojar al gato en la parte superior de la cabeza, el dorso o la cola, sobre todo si el felino sale al exterior, pues estas son zonas sobre las que incide directamente la luz del sol y, al hacerlo, se crea un efecto de evaporación que aumenta la sensación de calor del animal.

Tampoco debes mojar la cara del gato, especialmente sus orejas, ya que existe el riesgo de que, accidentalmente, entre agua en su canal auditivo y el animal termine desarrollando una dolorosa otitis. Aquí te contamos los síntomas: "Otitis en gatos: causas, síntomas y tratamiento".

Además de saber cómo refrescar a tu gato, es importante que evites algunas prácticas que podrían empeorar la sensación de calor del felino, como por ejemplo:

• No dejes agua ni alimento del gato al sol o en zonas muy calurosas o poco ventiladas.
• Evita que el gato haga ejercicio intenso en las horas centrales del día.
• No mojes la parte superior de su cuerpo, mejor humedece sus almohadillas, pecho y vientre.
• Nunca rapes al animal, pues el pelo le protege también del calor y las quemaduras. En lugar de raparle, cepíllale con regularidad para prevenir la formación de nudos y la acumulación de pelo muerto.
• Controla la alimentación del felino y trata de impedir que el gato engorde demasiado. La obesidad es un factor de riesgo para sufrir un golpe de calor.

Tal y como hemos mencionado anteriormente en este artículo, una correcta hidratación es fundamental para la salud de tu peludo. Los gatos suelen beber poca agua y esto puede traer consecuencias muy negativas, entre las que destacan el riesgo de fallo renal o de golpe de calor por deshidratación. Si tu gato no quiere beber agua de su cuenco, te proponemos algunas alternativas para mantenerlo hidratado:

• Instala fuentes de agua para gatos. A muchos felinos les gusta más beber agua en movimiento y las fuentes suelen resultarles muy estimulantes.
• Coloca bebederos de diferente material en varios puntos de la casa para así conocer las preferencias de tu gato.
• Ofrécele comida húmeda de buena calidad diariamente en lugar de darle solo alimento seco.
• Prepara gelatinas, helados o caldos caseros con ingredientes aptos para gatos.
• Pon cubitos de hielo en un bebedero o piscina hinchable para motivar al gato a jugar con ellos y beber agua fresca.
• Cámbiale el agua con mucha regularidad y asegúrate de que no se calienta.

Si, aún así, tu gato se niega a beber agua o presenta signos de deshidratación como mucosas secas y enrojecidas, ojos hundidos o persistencia del pliegue cutáneo, acude rápidamente a tu veterinario para que le puedan administrar una pauta de rehidratación a la mayor brevedad posible.

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