Glándulas anales infectadas en gatos: causas y tratamiento
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Las glándulas anales infectadas en gatos son una causa común de consulta en medicina felina. Este problema ocurre cuando se inflaman o se infectan, generalmente porque su contenido se obstruye o se espesa. Sin embargo, también puede deberse a otras causas, como una mala salud digestiva, alergias o sobrepeso, entre otras.
Estas glándulas se encargan de secretar feromonas durante la defecación, y su infección puede provocar síntomas muy molestos para nuestros pequeños felinos. Por ello, su diagnóstico y tratamiento son clave para mantener la calidad de vida de nuestros gatos. Si quieres conocer más sobre la infección de las glándulas anales en gatos, continúa leyendo este artículo de ExpertoAnimal.
- ¿Qué son las glándulas anales en los gatos?
- ¿Por qué se infectan las glándulas anales de los gatos?
- Síntomas de glándulas anales infectadas en gatos
- Diagnóstico de las glándulas anales infectadas en gatos
- ¿Cómo curar las glándulas anales infectadas en gatos?
- ¿Se pueden vaciar en casa las glándulas anales del gato?
- ¿Cómo evitar que las glándulas anales del gato se infecten?
¿Qué son las glándulas anales en los gatos?
Las glándulas anales son dos pequeñas estructuras anatómicas situadas bajo la piel, a ambos lados del ano del gato, aproximadamente en las posiciones de las 4 y las 8 si imaginamos el ano como un reloj. Estas glándulas se encargan de producir un moco espeso que contiene una mezcla de aceites grasos, bacterias naturales y células epiteliales, y que emite un olor fuerte debido a la presencia de feromonas, importantes en la comunicación entre gatos.
Cuando el pequeño felino defeca, el paso de las heces por la zona presiona las glándulas y provoca la expulsión de una pequeña cantidad de secreción al exterior.
¿Por qué se infectan las glándulas anales de los gatos?
Aunque las glándulas anales de nuestros compañeros felinos pueden verse infectadas por varias causas, la principal es la irritación o la obstrucción de los conductos que las comunican con el exterior, pues cuando el contenido de las glándulas no se elimina correctamente tras la defecación, se va acumulando en la glándula, espesándose y convirtiéndose en un lugar ideal para el crecimiento bacteriano. Algunas causas que pueden provocar esta obstrucción son:
- Estreñimiento prolongado.
- Heces demasiado blandas.
- Sobrepeso.
- Sedentarismo por provocar una menor estimulación del área.
Otras causas de infección de las glándulas anales en gatos pueden ser infecciones bacterianas secundarias del recto, aunque no haya obstrucción, pero sí inflamación o heridas; alergias alimentarias o ambientales que causan inflamación crónica de la piel, alterando la secreción normal de las glándulas y favoreciendo su obstrucción; problemas digestivos o dietas bajas en fibra, que generan heces blandas; y causas individuales del gato, como conductos anales más estrechos o glándulas con secreción más densa de forma natural.
Síntomas de glándulas anales infectadas en gatos
Cuando un gato presenta una infección en las glándulas anales, esta puede provocar desde leves molestias hasta dolor intenso y secreción visible. Algunos signos que pueden indicar que tu gato tiene una infección de las glándulas anales son los siguientes:
- Cambios en el comportamiento, como mayor agresividad o irritabilidad al tocar la zona trasera.
- Reducción del apetito.
- Menor actividad.
- Inflamación visible o enrojecimiento de la zona anal.
- Presencia de abscesos o bultos en la zona, en casos avanzados.
- Arrastrar la zona trasera por el suelo para aliviar la presión o el picor.
- Lamerse o morderse la zona anal debido al picor o la incomodidad.
- Dolor o molestias al defecar, lo que puede provocar maullidos y que el gato evite la caja de arena por asociarla al dolor.
- Fuerte mal olor.
- Secreción de sangre o pus cuando el absceso se revienta.
Diagnóstico de las glándulas anales infectadas en gatos
El primer paso para el diagnóstico de la infección de las glándulas anales es una correcta exploración física del gato y la anamnesis al tutor, preguntando por alguno de los síntomas mencionados anteriormente o por posibles causas, como alergias alimentarias o ambientales. Además, se debe realizar un examen visual de la zona anal del gato, inspeccionando en busca de enrojecimiento, bultos, heridas o inflamación.
Por otro lado, es importante efectuar la palpación de las glándulas anales con guantes y lubricante para evaluar si están aumentadas de tamaño o más duras de lo normal, así como la consistencia del líquido y la reacción del gato en caso de dolor. También se recomienda realizar una citología y un cultivo del contenido de las glándulas para confirmar la infección e identificar el tipo de bacteria, con el fin de aplicar el tratamiento más eficaz.
¿Cómo curar las glándulas anales infectadas en gatos?
El tratamiento de la infección de las glándulas anales en gatos incluye, en primer lugar, la limpieza y el vaciado de las mismas para eliminar el contenido infectado y lavar con una solución antiséptica o antibiótica mediante una pequeña cánula. Esto generalmente se realiza con anestesia local o sedación, ya que puede causar dolor o incomodidad a nuestros pequeños felinos.
Se deben administrar antibióticos sistémicos según el resultado del antibiograma del cultivo, y también se suelen recetar antiinflamatorios o analgésicos para aliviar el dolor del gato. En algunos casos, puede ser necesario un drenaje temporal para evitar la acumulación de pus.
Por otro lado, si existen abscesos, se debe realizar su drenaje de forma quirúrgica bajo anestesia, a fin de efectuar una limpieza profunda con antisépticos y antibióticos locales. En casos de infecciones recurrentes o crónicas, puede ser necesario retirar las glándulas anales mediante una cirugía llamada sacultectomía.
¿Se pueden vaciar en casa las glándulas anales del gato?
No se recomienda que los cuidadores de pequeños felinos vacíen las glándulas anales en casa, a menos que su veterinario les haya enseñado cómo hacerlo adecuadamente, ya que existen riesgos como lesiones o rupturas del saco anal por una presión mal aplicada, lo que puede provocar fístulas o abscesos que requieran cirugía.
Por otro lado, si el gato tiene una infección y el cuidador no lo sabe o no está seguro, intentar vaciar las glándulas puede empeorar la infección si se manipula la zona sin las debidas medidas de asepsia o incluso extenderla a otros tejidos cercanos.
¿Cómo evitar que las glándulas anales del gato se infecten?
La mejor forma de prevenir la infección de las glándulas anales en nuestros gatos es mantener una buena salud digestiva, seguida de un peso y actividad física adecuados, y realizar revisiones periódicas. La salud digestiva es clave, ya que unas heces bien formadas, sin ser excesivamente duras ni blandas, permiten que la secreción producida por las glándulas se expulse al exterior, evitando su acumulación y la posible infección.
Por otro lado, mantener al gato en su peso ideal es importante para prevenir esta y otras enfermedades, favoreciendo un buen tránsito intestinal y movimiento, y evitando la acumulación del contenido por exceso de grasa o la dificultad del gato para defecar con la fuerza necesaria debido al sobrepeso.
Además, la zona perianal debe estar limpia y sin restos de heces, especialmente en gatos de pelo largo, y se deben evitar los alérgenos que provoquen alergias ambientales o alimentarias en nuestros gatos para reducir el riesgo de infección.
Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.
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