Tipos de bozales para perros
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Muchos tutores rechazan el uso del bozal en sus perros por considerarlo una herramienta incómoda, lesiva o que simboliza un castigo para el animal, ¡pero esto no tiene por qué ser así! El bozal no es más que una herramienta, como también lo son la correa o el collar, que en ocasiones resulta necesario para garantizar la seguridad del animal y/o de las personas en ciertos contextos. Con algo de entrenamiento y refuerzo positivo, un perro puede aprender a llevar bozal sin ningún tipo de molestia, pero para ello es importante saber escoger el bozal más apropiado para el peludo.
En este artículo de ExpertoAnimal te contamos cuáles son los principales tipos de bozales para perros y para qué se utilizan. Además, te damos consejos para acostumbrar a tu perro a llevarlo y resolvemos algunas preguntas frecuentes sobre el uso del bozal, ¡no te lo puedes perder!
1. Bozal de tela o nylon
Es un bozal muy básico compuesto por un material resistente como tela o nylon que se ajusta, normalmente con velcro, alrededor del hocico del perro y se sujeta tras sus orejas con unas tiras de longitud regulable. El bozal cierra firmemente la boca del animal dejando totalmente libre la parte frontal de su hocico.
Este producto es económico y muy cómodo de transportar, pues es totalmente moldeable y se puede guardar en cualquier lugar. No obstante, no es el bozal más apropiado para un perro,pues, tras ajustarlo, impide que el animal abra la boca. El hecho de que el bozal comprima y cierre el hocico del perro evita que pueda morder, pero también le hace imposible jadear o sacar la lengua para beber agua. Esto es muy peligroso, ya que el animal no puede regular su temperatura y, en momentos de mucho estrés o en ambientes muy calurosos, puede sufrir un sobrecalentamiento y un golpe de calor. Aquí te contamos los síntomas: "Golpe de calor en perros: síntomas y tratamiento".
Si el perro va a llevar bozal de manera habitual, es recomendable evitar bozales de tela y, en todo caso, utilizarlo solo en momentos muy puntuales (por ejemplo, para un viaje corto en transporte público o una manipulación veterinaria muy breve) y siempre que el perro esté tranquilo y no haga mucho calor.
2. Bozal de cesta
Se trata de un bozal más grande hecho con material resistente que puede ser plástico duro, cuero o acero. El bozal tipo cesta, entre los que se encuentra el famoso bozal Baskerville, rodea completamente el hocico del perro, dejando un espacio más ancho a la altura de la nariz y de la lengua, y se ajusta a través de unas tiras regulables, detrás de las orejas. Aunque es algo más aparatoso y pesado, su principal ventaja es que permite que el perro abra la boca, pudiendo jadear, beber agua e incluso recibir premios y comerlos, a la vez que inhibe su capacidad de morder.
Este bozal es mucho más seguro para el animal y es el modelo más recomendable en cualquier caso, ya sea para un uso puntual o para uno más prolongado. Eso sí, para que el perro se sienta cómodo con el bozal puesto, es necesario un trabajo previo de habituación y refuerzo positivo.
3. Bozal con guía
¡Ojo! Los bozales con guía no son realmente bozales, pues no impiden que el animal muerda, pero muchos tutores los confunden y piensan que son igualmente eficaces, cuando no lo son.
Entendemos como bozal con guía aquellos dogales o "collares especiales" que se colocan alrededor de la cabeza y del hocico del perro y que cuentan con una hebilla inferior en la que se engancha la correa. Al pasear, el control del animal se realiza desde la cabeza, en lugar de desde el cuello o el dorso, por lo que este producto se promociona como una herramienta de entrenamiento. Además, la mayoría de estos bozales se cierran alrededor del hocico del perro si este tira demasiado, lo que le obliga a girar la cabeza e ir más despacio, pero no evita que el animal pueda morder o agarrar objetos con la boca.
Aunque pueda parecer un buen producto, su uso no está recomendado, pues además de ser incómodo e impedir la correcta comunicación del animal con otros perros y personas, puede causar lesiones cervicales importantes.
4. Bozal para braquicéfalos
Los perros braquicéfalos son aquellos que tienen el cráneo ancho y el hocico chato como, por ejemplo, los bulldogs, carlinos, bóxers, pekineses, etc. Debido a su peculiar anatomía, muchos de estos perros no pueden llevar un bozal convencional y es por ello que existen algunos modelos pensados específicamente para estas razas.
Los braquicéfalos suelen padecer muchos problemas respiratorios, por lo que es especialmente importante elegir un tipo de bozal apropiado para ellos. Aunque muchas veces esto no resulta sencillo, siempre que sea posible debemos escoger un bozal que sea tipo cesta o que se asemeje lo máximo posible, con el objetivo de que el animal pueda jadear con normalidad. Como alternativa, existen unos bozales de malla tipo máscara que cubren toda la cara del perro y también les permite abrir la boca, pero resultan algo más aparatosos y requieren un trabajo de habituación previa.
¿Cómo elegir el mejor bozal para tu perro?
Una vez vistos los tipos de bozales para perros, la elección del modelo es muy importante, pues es una herramienta que acompañará a tu peludo durante mucho tiempo en aquellas circunstancias en las que su uso sea necesario. Para escoger el mejor bozal para tu perro, te recomendamos tener en cuenta todos estos aspectos:
- Talla: para que resulte cómodo y realice su función, el bozal debe ajustarse perfectamente al perro y no quedar ni grande ni pequeño. Normalmente, la talla se escoge en función del peso del animal, de la anatomía de su hocico y de la medida del perímetro y longitud de este. Si tienes dudas, te recomendamos acudir con el perro a una tienda física donde puedas probarle los diferentes modelos y escoger la talla más adecuada.
- Uso del bozal: si solo vas a utilizar el bozal de manera muy puntual y durante unos minutos (por ejemplo, para un viaje concreto en cercanías) puedes emplear un modelo más ligero o menos aparatoso, pero si el perro va a utilizar bozal de manera rutinaria para entrenar o pasear, debes escoger un modelo cómodo y que permita al perro abrir la boca.
- Ventilación: los bozales de cesta aseguran una mejor ventilación, especialmente aquellos que presentan espacios más anchos entre las barras y dejan un hueco para la nariz y la lengua. Esto mejora el confort del animal y evita que se sobrecaliente.
- Resistencia: si tu perro es muy destructivo puede terminar destrozando el bozal a base de mordisquearlo. En estos casos, te recomendamos evitar bozales de nylon o de plástico blando e invertir en un producto de mayor calidad y durabilidad, hecho con plásticos muy duros o acero, combinando siempre su uso con un trabajo de habituación para reducir el estrés del perro.
Consejos para acostumbrar al perro al bozal
Un bozal solo debería usarse tras un trabajo previo de habituación en el que el perro haya aprendido a relacionar esta herramienta con estímulos y experiencias positivas. Los bozales jamás se tienen que usar como castigo y no deben colocarse a la fuerza si el animal no está cómodo con ellos.
Aquí te dejamos algunos consejos para acostumbrar al perro al bozal y evitar que su uso se convierta en un evento traumático para el animal:
- Trabaja con el cachorro: si tienes un cachorro en casa, empieza a habituarlo al bozal desde que es pequeño, pues nunca sabes si tendrás que utilizarlo en un futuro, aunque sea de manera puntual. En paralelo, trabaja en la mordida: "¿Cómo enseñar a un cachorro a no morder?".
- Presenta el bozal como algo positivo: cuando estéis en casa, muéstrale de vez en cuando el bozal a tu perro, permítele olerlo y, a continuación, le das un trozo de comida como premio. Poco a poco irá asociando el bozal como un estímulo muy positivo.
- Nunca uses el bozal como castigo: si el perro asocia el bozal como algo negativo, sufrirá estrés y ansiedad cada vez que tenga que llevarlo, lo cual derivará en comportamientos inadecuados y mucha frustración, tanto para el animal como para el tutor.
- Refuerza al perro constantemente: los ejercicios de habituación al bozal deben ser muy graduales. Coloca comida en el interior y deja que el peludo sea quien vaya metiendo el hocico para obtener la recompensa.
- Tiempo creciente: una vez el perro permita que le coloques el bozal, ve dejándoselo puesto cada vez más tiempo a la vez que le das comida y caricias. Empieza por unos segundos y ve aumentando el tiempo cada día hasta que el animal pueda estar tranquilo y descansar aún llevando el bozal puesto.
Preguntas frecuentes sobre bozales para perros
Llegados a este punto, es posible que todavía queden algunas dudas acerca de los bozales para perros. Vamos a resolver las más habituales:
¿Es seguro usar bozal para mi perro?
Sí, siempre y cuando escojas un modelo apropiado. Los bozales que comprimen el hocico del animal, impidiéndole sacar la lengua para jadear o beber agua, pueden suponer un riesgo importante, especialmente cuando la temperatura ambiente es elevada o el animal realiza ejercicio físico. Sin embargo, los bozales de cesta y todo aquel que permita al perro abrir la boca sí son seguros.
¿Cuánto tiempo puede llevar un perro el bozal?
Esto depende de varios factores, incluidos la tolerancia del animal hacia el bozal, el tipo de bozal empleado y el contexto en el que os encontréis. Por lo general, se recomienda el uso del bozal solo en situaciones concretas, como paseos, viajes cortos en transporte público, visitas al veterinario o sesiones de entrenamiento puntuales. No se debería dejar nunca al perro con el bozal puesto en casa de manera permanente, pues además de incomodarle, puede alterar su comportamiento normal.
¿Puedo usar bozal para entrenar a mi perro?
¡Por supuesto! El bozal es una herramienta muy útil para mantener la seguridad del animal y de las personas durante las sesiones de entrenamiento, especialmente cuando se trabaja con animales reactivos, muy impulsivos o agresivos. Habituar al perro al uso del bozal a través del refuerzo positivo es muy importante para que el animal aprenda a relacionar el bozal con un elemento agradable y pueda llevarlo cómodamente cuando sea necesario, por ejemplo, en el transporte público.
¿Qué hacer si mi perro se siente incómodo con el bozal?
Es completamente normal que los perros se sientan incómodos y rechacen llevar bozal, pues es un elemento que limita la movilidad normal de su boca y esto resulta desagradable. Para que un perro aprenda a llevar bozal y deje de sentirse incómodo con él, es importante escoger el producto más apropiado según su anatomía y fisiología y, a continuación, trabajar la habituación a través del refuerzo positivo. Para lograr esto último, te recomendamos seguir los consejos del apartado anterior y, en caso de dudas, consulta con un etólogo o un educador canino profesional.
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