Trucos para que un perro no ladre

Los perros no ladran para molestarnos ni para ponernos nerviosos, el ladrido es una de sus principales formas de comunicación y, si lo utilizan, es porque quieren transmitir algún tipo de mensaje. Comprender por qué tu perro ladra tanto es la clave para poder modificar ese comportamiento de manera efectiva, pues si le regañas por ladrar pero no cubres sus necesidades, el problema nunca desaparecerá.

Las principales causas de un ladrido insistente son:

• Alerta: muchos perros utilizan gruñidos y ladridos fuertes, cortos y graves para avisar a sus tutores y a otros animales de que hay un potencial peligro cerca. Por supuesto, para el perro un "peligro" puede ser casi cualquier cosa: personas paseando, otros perros, coches, ruidos extraños, etc. Esto es especialmente frecuente en perros que viven en fincas, terrenos y jardines, y en razas con mucho instinto de protección y territorialidad, como pueden ser los mastines.
• Sobreexcitación: los perros son animales muy sociables que necesitan interactuar con sus tutores y con otros canes. Los animales con niveles de energía muy altos, como los cachorros o los perros de ciertas razas, pueden sobreexcitarse fácilmente durante una sesión de juego y comenzar a ladrar de manera descontrolada.
• Llamada de atención: los perros no pueden, simplemente, llamarnos por nuestro nombre cuando necesitan algo, por lo que muchos comienzan a ladrar con el objetivo de que vayamos a atender alguna necesidad que tienen. El problema es que estos perros aprenden a pedir cualquier cosa a través del ladrido y, al final, lo acaban utilizando de manera constante.
• Falta de estimulación: si un can pasa mucho tiempo solo, está encerrado en un espacio poco estimulante y/o no se le ofrece la oportunidad de realizar ejercicio físico o mental, puede desarrollar un cuadro grave de estrés que le lleve a realizar conductas compulsivas, como aullar o ladrar.
• Disfunción cognitiva: los perros más mayores pueden sufrir un síndrome de disfunción cognitiva, similar al Alzheimer en humanos, que cursa con síntomas como desorientación, alteraciones del sueño, pérdida de memoria y cambio de comportamiento. Estos animales suelen mostrarse más ansiosos y tienden a ladrar de manera repentina y sin un motivo aparente.

A veces, los perros comienzan a ladrar de manera desesperada, por el motivo que sea, y tenemos que detener ese ladrido para evitar molestias y quejas de terceros. Si has tratado de pedir a tu perro que se calle en un momento de sobreexcitación, te habrás percatado de que el animal no suele hacer caso, pues en esos momentos su atención está enfocada en otra cosa.

Los trucos rápidos para que un perro deje de ladrar en ningún caso van a modificar permanentemente el comportamiento del animal, pero pueden ser útiles si necesitamos acallar al perro en un momento muy concreto.

1. Hacer un ruido fuerte

Uno de los mejores trucos consiste en hacer un ruido fuerte, seco y repentino para llamar la atención de tu perro mientras está ladrando. Si gritas su nombre repetidamente, probablemente no te va a hacer caso, ya que tu voz no supone un sonido novedoso para él. Sin embargo, si golpeas un objeto metálico, haces sonar una campana, dejas caer un objeto sonoro al suelo o algo similar, puede que consigas que el perro se sorprenda y se gire hacia ti.

Es muy importante que aproveces ese preciso momento en que se ha focalizado en ti para llamar al animal o pedirle que realice una orden sencilla y que conozca bien. Tras hacerla, refuerza su comportamiento y llevátelo lejos del estímulo que ha provocado el ladrido.

2. Usar la correa

Si los ladridos se producen en la calle, utiliza la correa para redirigir su atención y colócale algo de comida cerca del hocico para que la huela y la siga. Una vez os hayáis alejado de la zona problemática, pídele que realice alguna acción conocida y entrégale la comida.

No existe ningún fármaco formulado de manera específica para inhibir el ladrido de los perros, pues, tal y como hemos indicado anteriormente, el ladrido es una forma de comunicación que no puede ni debe ser eliminada del repertorio conductual de los perros.

No obstante, si el ladrido se produce como consecuencia de un cuadro de ansiedad o miedo, por ejemplo, cuando el perro se queda solo en casa, cuando se cruza con otros animales por la calle o cuando hay tormenta, sí que podría reducirse con el uso de fármacos ansiolíticos o tranquilizantes.

Por supuesto, el uso de medicación no sustituye a la educación del animal y a las pautas de modificación de conducta, que son la base para trabajar los problemas comportamentales del perro, pero sí puede ayudar al animal a sentirse más relajado y mejorar su capacidad de atención y aprendizaje. Eso sí, recuerda que todo fármaco debe darse exclusivamente bajo supervisión veterinaria, por lo que jamás debes automedicar a tu perro.

Lo que más suele hacer la gente ante un momento de tensión en que el animal no deja de ladrar es gritar continuadamente al perro cosas como "cállate", "NO" o "ya vale". Ponernos nerviosos y gritar mientras el perro ladra es absolutamente contraproducente, porque nosotros también estamos alterando al animal con nuestros gritos y este estará cada vez más excitado y ladrará más y más. Aunque sea complicado, debemos actuar de manera calmada y no gritar al perro.

Tampoco debemos pegar al animal, dar tirones secos de su correa ni cogerlo en brazos, pues todo esto también activará más al perro en lugar de tranquilizarlo. Evidentemente, herramientas lesivas como collares eléctricos, de ahogo o de pinchos están absolutamente contraindicados y jamás debemos usarlas en un perro, ya que su uso agravará seriamente sus problemas comportamentales o hará que aparezcan problemas nuevos, además de que puede lesionar su cuello.

Algunas causas que desencadenan ladridos repetitivos son más sencillas de abordar, especialmente si nos aseguramos de cubrir adecuadamente las necesidades del peludo, le proporcionamos una buena educación, le ofrecemos rutinas estables y enriquecemos su ambiente como es debido.

Sin embargo, ciertos problemas comportamentales como aquellos derivados de una falta de socialización temprana, ansiedad o miedos pueden ser más complicados de solucionar si no contamos con ayuda profesional. Por este motivo, si tu perro ladra desesperadamente y no sabes por qué lo hace o cómo puedes ayudarle, te recomendamos que, en primer lugar, acudas a un veterinario para hacerle una revisión y comprobar que el animal está bien de salud y, en segundo lugar, contactes con un etólogo que analice vuestro caso y os ayude a ti y a tu peludo a sobrellevar mejor estas situaciones.

Si deseas leer más artículos parecidos a Trucos para que un perro no ladre, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Problemas del comportamiento.

¿Tienes contratado el Seguro de Responsabilidad Civil obligatorio para perros? Consiguelo al mejor precio rellenando el formulario con tus datos y los de tu mascota haciendo clic en este botón: