Mi gato maúlla mucho: causas y soluciones
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El maullido es una de las muchas formas que tiene el gato de comunicarse con nosotros y con otros animales. Los felinos aprenden muy rápidamente a llamar la atención de sus tutores a través de los maullidos, pero no siempre resulta sencillo comprender qué es lo que el animal necesita en cada momento. Saber escuchar a nuestro gato e interpretar correctamente sus maullidos puede ser la clave para identificar, por ejemplo, la presencia de una patología o un problema emocional y, de esta forma, poder ponerle remedio lo antes posible y evitar el sufrimiento del animal.
Si tu gato maúlla mucho, estás en el lugar adecuado, pues en este artículo de ExpertoAnimal queremos ayudarte a identificar la causa que provoca que tu peludo no pare de maullar y enseñarte cómo puedes actuar en cada situación. Descubre por qué tu gato maúlla mucho y empieza a poner remedio.
1. Maullidos en cachorros
Los gatitos recién nacidos comienzan a emitir maullidos muy pronto para poder comunicarse con su madre. A través de este sonido, llaman la atención de la gata para que ella pueda acudir a su encuentro y atenderlos. A medida que se hacen mayores, los gatitos maúllan cada vez menos por este motivo, pero si adoptamos un gato de muy corta edad, separándolo de su madre y hermanos de camada, es muy frecuente que pase los primeros días maullando sin cesar. La explicación a este comportamiento es muy sencilla, y es que el animal se encuentra algo desorientado, ya que no nos conoce ni a nosotros ni a su nuevo entorno, y trata de encontrar a su madre.
¿Qué hacer?
Para evitar este problema, lo ideal sería no separar nunca a un gatito de su progenitora, al menos, hasta los dos meses de edad, cuando el animal es algo más independiente y no la necesita tanto. No obstante, sabemos que esto no siempre es posible y si el felino llega a nuestra casa siendo más pequeño, tendremos que tener paciencia e intentar que se adapte lo mejor posible a su nuevo entorno. Para lograrlo, debemos cubrir adecuadamente todas sus necesidades y pasar tiempo con él, hasta que se sienta más seguro y confiado. En este momento, reducirá, poco a poco, la frecuencia de sus maullidos.
En este post te ayudamos: "¿Es normal que mi gatito llore mucho?".
2. Maullidos por dolor
Si nuestro gato comienza a maullar con más frecuencia de lo habitual, pasa mucho tiempo escondido o acostado y adopta posturas o realiza movimientos extraños, es posible que sienta algún tipo de dolor. Para comprobar si esto es así, lo primero que podemos hacer es colocar al animal en una posición cómoda y comenzar a palpar cada parte de su cuerpo, ejerciendo una leve presión para ver si el gato se queja (maúlla más intensamente, se gira bruscamente hacia nosotros, bufa, se aleja, etc.). Si esto ocurre, debemos inspeccionar bien la zona en busca de heridas o cualquier tipo de lesión que se pueda ver a simple vista. Si no vemos nada, puede que se trate de un dolor visceral o interno, y tendremos que acudir al veterinario para que lo diagnostique.
¿Qué hacer?
Debes tener en cuenta que los felinos resisten muy bien el dolor y no lo exteriorizan fácilmente, por lo que es posible que, por mucho que inspecciones a tu gato, este no muestre signos evidentes de dolor. En este caso, tendrás que observar muy de cerca el comportamiento del felino y estar pendiente por si aparecen nuevos síntomas, como vómitos, diarreas, pérdida de pelo, adelgazamiento, etc. En este caso, el veterinario deberá realizarle algunas pruebas para poder emitir un diagnóstico acertado y, con un tratamiento apropiado, el dolor y los maullidos deberían ir remitiendo.
3. Maullidos por estrés
Los gatos son animales especialmente sensibles que se estresan con facilidad, y son varios los factores que pueden llevarles a encontrarse en esta situación.
Por una parte, debemos tener en cuenta que los felinos son territoriales, marcan con feromonas su entorno para sentirse seguros y advertir a otros gatos de su presencia, y les genera mucha ansiedad ser transportados a otros lugares, sobre todo si no están acostumbrados a salir de su hogar. Por ello, la mayoría de los gatos comienzan a maullar cuando los metemos en un transportín y los llevamos, caminando o en coche, a algún otro sitio, como puede ser la clínica veterinaria. Para intentar que estos viajes no sean traumáticos para el gato, es recomendable acostumbrarle desde pequeño a entrar en el transportín, convertirlo en una zona agradable y segura y cubrirlo siempre con una manta cuando el felino esté dentro, para que no pueda ver el exterior y asustarse. Igualmente, se pueden utilizar productos tranquilizantes, como el espray de Feliway un rato antes del transporte, para que este sea más agradable. Lo encuentras en Amazon: Comprar Espray de Feliway.
Por otra parte, la presencia de personas desconocidas en casa o la llegada de algún miembro nuevo a la familia, especialmente si es un perro u otro gato, puede ser realmente estresante para el felino. En este último caso, lo ideal es evitar que ambos animales entren en contacto directo desde el primer momento y dedicar unos días a hacer una presentación gradual y sin forzar la interacción. Durante el proceso, es importante que el gato asocie la presencia del otro animal con experiencias positivas y que siempre disponga de un lugar tranquilo y agradable al que retirarse si prefiere estar solo. Aquí te contamos los detalles: "¿Cómo presentar a dos gatos?".
¿Qué hacer?
Ya hemos ido dando las pautas para cada caso pero, si no eres capaz de identificar por qué tu gato está estresado y maúlla sin parar, desde ExpertoAnimal te recomendamos contactar con un etólogo felino que analice el comportamiento de tu peludo y te ayude a comprenderlo.
4. Maullidos por aburrimiento
¿Tu gato maúlla mucho sin razón? ¡Siempre hay un motivo y el aburrimiento es uno de los más habituales! Todos, incluidos los animales, nos podemos aburrir de manera puntual, pero un gato que pasa los días sin nada que hacer, puede sentirse realmente frustrado. Por este motivo, el aburrimiento podría considerarse como otra forma más de estrés para un felino y ser el origen de los maullidos incesantes.
¿Qué hacer?
Cuando hablamos de aburrimiento nos estamos refiriendo a la falta de estimulación ambiental y/o social. Los gatos son animales muy activos, curiosos, exploradores y que, aunque tengan fama de ariscos, disfrutan mucho de la compañía y la interacción con sus tutores o con otros animales con los que se sienten cómodos. Por este motivo, y para evitar el aburrimiento, es importante brindarles un entorno estimulante que les permita desarrollar las conductas propias de su especie, sobre todo en el caso de aquellos peludos que viven en un piso sin acceso al exterior. Colocar zonas por las que puedan escalar, poner rascadores en diferentes puntos de la casa, ofrecerles juguetes interactivos o jugar con ellos a diario mejorará su bienestar de manera notable y reducirá otros problemas de comportamiento.
En este post encontrarás varias ideas: "Enriquecimiento ambiental para gatos".
5. Maullidos para llamar la atención
Al igual que los gatitos maúllan para llamar a su madre, los gatos adultos aprenden muy rápidamente que el maullido es una forma muy eficaz de comunicarse con nosotros. Muchísimos gatos emiten un maullido corto y repetitivo cuando quieren llamar nuestra atención, e incluso es habitual que, a la vez, nos vayan persiguiendo por la casa, nos golpeen con la pata o mantengan un contacto visual directo con nosotros. Pero, ¿qué es lo que puede querer el animal con tanta insistencia?
¿Qué hacer?
Si el peludo adopta este comportamiento lo primero que debemos hacer es comprobar que sus necesidades básicas están cubiertas, es decir, que el gato tiene agua fresca y limpia disponible y que su comedero está lleno. Recuerda que los gatos se alimentan de forma distinta a los perros y, en lugar de tomar su ración de manera rápida y en momentos puntuales, van comiendo pequeñas cantidades durante todo el día, especialmente si consumen pienso seco. Por este motivo, lo ideal es que su recipiente esté siempre lleno y, de esta forma, el animal aprende a autogestionarse, o establezcamos un horario fijo de comidas si le ofrecemos una dieta mixta o casera. Alimentarlo únicamente a base de pienso seco no es lo más recomendable, por ello recomendamos incluir alimento húmedo: "Comida húmeda para gatos: mejores marcas y recetas".
Igualmente, debemos comprobar que su arena está limpia, pues muchos felinos rechazan hacer sus necesidades en lugares demasiado sucios. Si todo esto está en orden, puede ser que el gato se aburra y, simplemente, busque nuestra compañía.
6. Maullidos de alegría
La forma que tienen muchos gatos de saludarnos tras un tiempo sin vernos es a través de una serie de comportamientos que incluyen maullar de manera aguda y repetitiva, elevar la cola hasta ponerla totalmente vertical y agitarla rápidamente haciéndola "vibrar", y frotar insistentemente su cara y su cuerpo contra nuestras piernas.
¿Qué hacer?
Todas estas son señales de afecto por parte del felino a las que podemos responder agachándonos y acariciando al gato mientras le hablamos de manera cariñosa. Esta es una forma de devolverle el saludo y tranquilizarlo, para que sienta que nos hemos percatado de su presencia y así deje de maullar insistentemente.
7. Maullidos por celo
Si tienes una gata que no está esterilizada, sabrás perfectamente si ha pasado o no por un periodo de celo, pues el comportamiento del animal durante esta época es muy exagerado. Cuando están receptivas, las gatas maúllan continuamente y de forma muy fuerte, como si gritaran. Además, adquieren la postura de cópula y pasan el día frotándose contra objetos, tratando de dejar su olor en ellos, y de llamar la atención de sus tutores.
Por otro lado, ¿tu gato macho maúlla mucho sin razón? Si vives con un gato macho entero (no esterilizado) que ha detectado a una gata en celo, también puede maullar mucho en la puerta porque quiere salir a su encuentro.
¿Qué hacer?
Regañar a la gata por maullar resulta totalmente ineficaz, pues este es un comportamiento instintivo que únicamente se puede evitar a través de la esterilización, a partir de la cual las gatas dejan de entrar en celo y no buscan aparearse, por lo que también dejan de maullar por este motivo. La castración es, sin duda, la opción más recomendable si la gata tiene acceso al exterior, pues las probabilidades de que algún macho la deje preñada son altísimas.
En el caso de los machos sucede exactamente lo mismo: la esterilización es la mejor opción. Aquí te hablamos de este procedimiento: "Castrar gastos: precio, consecuencias y procedimiento".
8. Maullidos en gatos recién adoptados
Si acabas de adoptar a un gato callejero o que llevaba mucho tiempo aislado o estresado en un refugio, puede que el animal emita maullidos fuertes, largos y graves cada vez que te ve, mientras mantiene su mirada fija en ti y bufa mostrando los colmillos. Tal y como hemos mencionado anteriormente, los gatos son animales muy sensibles y cambiar de ambiente les produce ansiedad, por lo que salir de la calle o protectora y pasar a vivir en una casa con personas desconocidas es algo realmente estresante.
¿Qué hacer?
Ante su nueva situación, el gato puede sentirse constantemente amenazado y mostrarse a la defensiva cada vez que tratamos de interactuar con él. No nos lo debemos tomar, ni mucho menos, como algo personal, pues debemos comprender que el animal no está acostumbrado a convivir con personas y está asustado. La solución, en este caso, es tener mucha paciencia, preparar una zona tranquila en la que dejar al gato los primeros días y, muy poco a poco, ir acercándonos a él, siempre asociando nuestra presencia con experiencias positivas.
Sabemos que este proceso puede ser largo y agotador. Por ello, te recomendamos contar siempre con el apoyo de tu veterinario o de un etólogo especialista en felinos.
9. Maullidos por vejez
A veces, los gatos que alcanzan edades muy avanzadas pueden desarrollar un síndrome de disfunción cognitiva conocido como demencia felina. Esta condición podría asemejarse a una demencia senil o un Alzheimer en humanos y se manifiesta con la aparición progresiva de una serie de alteraciones de comportamiento. Por ejemplo, muchos gatos se muestran desorientados y comienzan a caminar sin rumbo, maúllan de manera constante, solicitan o rechazan la interacción con otros individuos, orinan o defecan fuera del arenero, tienen patrones de suelo alterados, dejan de asearse, etc. Además, es habitual que estos gatos pierdan memoria y, a la vez, muestren dificultades para aprender cosas nuevas.
¿Qué hacer?
Esta patología es neurodegenerativa y no tiene cura, pero existen ejercicios, suplementos y pautas, avaladas por veterinarios y etólogos, que pueden ayudar a retrasar este envejecimiento neurológico y ralentizar la aparición de los síntomas. Consulta con tu veterinario para establecer la mejora pauta.
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