Clindamicina para gatos: dosis, usos y efectos secundarios

La clindamicina es un antibiótico bacteriostático del grupo de las lincosamidas, ya que es un análogo clorado de la lincomicina que actúa inhibiendo la síntesis de proteínas bacterianas mediante su unión reversible a la subunidad 50-S del ribosoma, impidiendo la traducción de los aminoácidos unidos al ARNt y evitando así la elongación de la cadena peptídica. Debido a esto, presenta un efecto bacteriostático porque detiene la multiplicación bacteriana y, en ocasiones, también puede ejercer un efecto bactericida cuando se administra a la concentración adecuada.

También es efectiva frente a Toxoplasma gondii, el protozoo causante de la toxoplasmosis felina.

La clindamicina se usa en la especie felina para el tratamiento de heridas infectadas y abscesos causados por bacterias sensibles al antibiótico, es decir, bacterias Gram positivas como Staphylococcus spp. y Streptococcus spp., así como bacterias anaerobias. Además, como lincosamida que es, se emplea para tratar infecciones resistentes a penicilina, eritromicina y cefalosporinas. También resulta efectiva frente al protozoo Toxoplasma gondii.

En concreto, las infecciones más frecuentes en las que se suele utilizar este fármaco en los gatos son las dentales, como la gingivitis, la periodontitis o los abscesos dentales. No obstante, también puede ser útil en heridas profundas, infecciones de tejidos blandos, de la piel y en casos de osteomielitis.

Para la especie felina, la dosis de clindamicina más empleada es la utilizada en las infecciones bucales, que puede ser de 11 mg/kg cada 24 horas o 5,5 mg/kg de peso cada 12 horas, durante cinco días. Si se emplea clindamicina para la toxoplasmosis felina, la dosis es de 25 a 50 mg/kg, dividida en dos tomas diarias durante 14 a 21 días, según el caso.

La forma de administrar clindamicina a tu pequeño felino depende del formato, ya que se comercializa de las siguientes maneras:

• Formato líquido con jeringa dosificadora: se debe administrar directamente en la boca del gato, pero sin ser brusco para evitar que se atragante. Después, se le puede dar un premio o un alimento que le guste mucho para contrarrestar el sabor.
• Comprimidos: se pueden administrar directamente o mezclados con su alimento.
• Inyección: debe ser aplicada en el centro veterinario por un profesional.

Al igual que ocurre con otros fármacos, antes de emplear este antibiótico en un gato hay que tener en cuenta sus contraindicaciones y precauciones, que son las siguientes:

• No utilizar en gatos con hipersensibilidad conocida a la clindamicina, a la lincomicina o a alguno de los excipientes.
• Usar tras evaluación de beneficio-riesgo en gatas gestantes y lactantes, así como en machos reproductores.
• No usar en gatos con diarrea severa antes del tratamiento, pues puede empeorar el cuadro.
• No usar en infecciones causadas por bacterias no sensibles al antibiótico, como algunas infecciones urinarias o muchas respiratorias.
• Administrar dos horas después de sales e hidróxidos de aluminio, del complejo aluminio-magnesio-silicato o del caolín, ya que pueden reducir la absorción gastrointestinal de las lincosamidas, como la clindamicina.
• No usar en combinación con otros antibióticos como macrólidos (azitromicina, eritromicina, etc.) o cloranfenicol, pues puede volverse menos eficaz al competir todos por el mismo sitio de unión en la subunidad 50S.
• Usar con precaución en gatos con enfermedad renal o hepática, ya que son los órganos que eliminan y metabolizan el medicamento.
• No suspender el tratamiento antes de tiempo, pues perdería eficacia y podrían aparecer resistencias antimicrobianas.

La clindamicina es muy eficaz, especialmente para las infecciones bucales y para la toxoplasmosis felina, pero se pueden plantear alternativas según el cuadro a tratar, siempre realizando un antibiograma para determinar el tratamiento más efectivo.

Por ejemplo:

• Para infecciones dentales, dependiendo de la bacteria responsable, se pueden emplear amoxicilina–clavulánico, doxiciclina o metronidazol, e incluso cefalexina o cefovecina mediante inyección de larga duración.
• En el caso de abscesos o heridas infectadas, así como para infecciones cutáneas o de tejidos blandos, se pueden utilizar cefalo sporinas, amoxicilina–clavulánico o doxiciclina, según el tipo bacteriano.
• La alternativa más empleada a la clindamicina en el caso de la toxoplasmosis es pirimetamina + sulfadiazina, aunque requiere controles veterinarios periódicos.
• Por último, para infecciones óseas o profundas, la elección siempre depende del cultivo y antibiograma, pero se pueden emplear cefalo sporinas de primera o tercera generación, amoxicilina–clavulánico o doxiciclina.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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