Mi cachorro muerde mucho y no hace caso: qué hacer

Los cachorros son particularmente propensos al acto de morder deliberada o intensamente, y ello se debe principalmente a los siguientes factores:

Comportamiento exploratorio

Durante las primeras semanas de vida, los cachorros se encuentran en fase de pleno y acelerado desarrollo físico, cognitivo, emocional y social. Este proceso está marcado por la manifestación de una serie de conductas exploratorias para descubrir su entorno y sus propias habilidades sensitivas. Es por ello que los cachorros pueden morder o llevar a la boca casi todo lo que encuentran, porque su lengua y toda su boca les permiten captar información sobre los objetos e individuos a su alrededor, así como sabores y texturas en general.

Dado que los cachorros aún no tienen una percepción bien desarrollada de su propia contextura y potencia física, una posible explicación de por qué tu cachorro muerde mucho y fuerte, es que está tan entusiasmado con este nuevo mundo que lo rodea, que acaba mordiendo a alguien o algo con más intensidad sin quererlo ni darse cuenta.

Cambios en la dentición

También durante su “infancia”, los cachorros experimentan dos etapas de cambio en su dentadura. Dado que nacen sin dientes, alrededor de la segunda o tercera semana de vida, empiezan a irrumpir las primeras piezas dentales temporales. Algún tiempo después, y generalmente a partir del tercer mes de vida, estos dientes caerán para dar lugar al nacimiento de las piezas definitivas.

En ambos momentos, lo más común y natural es que la irrupción de los dientes genere incomodidad, picazón, dolor o incluso fiebre. En consecuencia, los cachorros suelen tener un incontrolable ímpeto de morder prácticamente cualquier cosa. Así pues, otra razón por la que tu cachorro muerde y no hace caso puede ser que siente la necesidad de encontrar un mínimo alivio frente a estas molestias, que termina desobedeciéndote.

Destete prematuro

La perra madre no se encarga sólo de alimentar a sus crías, sino también de enseñarles los códigos fundamentales de la comunicación y la conducta social de los perros, así como los límites del juego. Es por ello que un cachorro que ha sido separado prematuramente de su progenitora, tiene una mayor predisposición a manifestar conductas agresivas asociadas al juego (por ejemplo, morder jugando), así como dificultades de aprendizaje e interacción con sus congéneres.

Problemas en la socialización

Independiente de cuál sea su raza o de si es un mestizo, los cachorros deberían empezar a ser socializados antes de su tercer o cuarto mes de vida. La socialización es una piedra angular en la educación del perro, porque le permite desarrollar la autoconfianza y asimilar una mayor variedad de recursos que le permitan reaccionar e interactuar de una manera más armónica con diferentes estímulos, entornos e individuos.

Así pues, el comportamiento de un perro correctamente socializado tiende a ser mucho más estable y confiable. Por otro lado, un can que no ha tenido acceso a una buena socialización puede manifestar conductas agresivas (por ejemplo, morder fuerte) en cualquier contexto que le haga sentir temor, incertidumbre o disgusto.

Por lo tanto, otra posible respuesta a “por qué mi perro me muerde fuerte” es porque no encuentra una mejor manera de lidiar con sus propias emociones, y acaba recurriendo a la agresión – defensiva u ofensiva – para manejar una situación que él interpreta como un conflicto.

Conducta adquirida

Quizás te suene extraño, pero muchas veces los tutores que expresan quejas como “mi perro me muerde y no hace caso”, son los principales responsables de que sus peludos hayan asimilado esta conducta como una parte totalmente razonable de sus interacciones. Generalmente, este tipo de aprendizaje involuntario ocurre cuando el tutor refuerza inconscientemente una conducta que posteriormente se vuelve conflictiva, generalmente porque la misma le parece inofensiva o tierna en un cachorro pequeñito.

Pero, cuando el cachorro empieza a crecer y su dentadura se vuelve cada vez más poderosa, comportamientos como jugar a morder los brazos, los pies, las manos o cualquier otra parte del cuerpo de las personas, acaba resultando desagradable, doloroso e incluso peligroso. Así pues, la mejor manera de evitar que tu cachorro te muerda jugando, es no permitir que asimile esta conducta como un juego desde su llegada al hogar.

Agresividad

La agresividad no es un rasgo comportamental de los perros ni tiene nada que ver con la natural dinámica de dominancia y sumisión en las interacciones con sus congéneres. Se trata de un problema de comportamiento multicausal que puede manifestarse a cualquier edad.

En los cachorros, muchas veces, el incremento de la agresividad deriva de alguna enfermedad subyacente, que puede causar dolor, alta vulnerabilidad o síntomas neurológicos. Por ejemplo, la rabia canina es una enfermedad zoonótica que afecta directamente al sistema nervioso central de los perros, volviéndolos excesivamente irritables y reactivos. Para prevenir la rabia, el moquillo, el parvovirus y otras enfermedades, es esencial aplicar todas las vacunas previstas en el calendario para perros con la debida frecuencia.

La forma correcta de actuar ante cualquier comportamiento problemático de tu perro siempre debe tener en cuenta la causa del mismo y el contexto en que se produce. Lógicamente, no es lo mismo lidiar con un cachorro que muerde mucho porque está cambiando su dentición, que con otro que muestra claros signos de incomodidad o enfado.

Ten en mente que si percibes que el carácter de tu cachorro ha cambiado o se ha vuelto agresivo con otros perros y/o personas, no dudes en consultar con un veterinario etólogo. Este profesional está capacitado no solo para diagnosticar enfermedades a partir de exámenes físicos y estudios/análisis, sino también para evaluar los signos comportamentales que pueden indicar la causa del incremento de la agresividad, pudiendo, así, establecer pautas de tratamiento específicas para tu cachorro.

Ahora, a continuación, compartimos algunas medidas paliativas que pueden ayudar a que el perro deje de morder inmediatamente para no lastimar o lastimarse, ni causar daños en el hogar. Echa un vistazo:

Si tu cachorro te muerde jugando

Los pasos que debes seguir en este casos son:

1. Dile un firme “NO” e interrumpe inmediatamente el juego. De esta manera, indicas clara y objetivamente a tu cachorro que morderte no es un comportamiento aceptable en la dinámica del juego, y tampoco le generará ninguna recompensa.
2. Dale algo que sí pueda morder. Morder es una conducta natural de los perros, por lo que no debemos intentar inhibirla. Nuestro objetivo es direccionarla única y exclusivamente a los recursos más seguros y apropiados. Entonces, asegúrate de ofrecer a tu cachorro una pelota, una cuerda u otro tipo de juguete que él pueda morder sin cualquier restricción y que sea apropiado a su tamaño.
3. Premia los logros de tu cachorro. Cada vez que tu perrito se porte bien, ya sea porque juega contigo sin morder o porque ejecuta alguna tarea u orden que le estás enseñando correctamente, ofrécele una recompensa para agilizar la asimilación de esta conducta y mantenerlo motivado. ¡Aprovecha para conocer cuáles son los los mejores premios para perros!

Si tu cachorro muerde todo lo que encuentra

Para este caso, sigue estos pasos:

1. Revisa la boca de tu cachorro, poniendo especial atención en los dientes y encías. Lo más probable es que los cambios en la dentición le estén generando muchas molestias. Igualmente, es importante verificar que no haya ninguna anomalía, como abscesos, dientes sobrepuestos o torcidos, presencia de sangre o pus, etc. En caso de detectar algún problema, no dudes en acudir al veterinario.
2. Ofrécele un mordedor compatible con su tamaño. Elige un recurso que tu cachorro pueda morder sin mucho esfuerzo, para evitar lesiones en su boca en esta etapa sensible, pero que tampoco sea demasiado blando. Para ayudarte a hacer una apuesta segura, preparamos el siguiente artículo: “Los mejores juguetes para cachorros”.
3. Ayúdalo a relajarse. Puedes poner una música suave, hacer un masaje relajante a tu cachorro o incluso recurrir a la aromaterapia para generar una sensación de calma y seguridad en tu hogar. Ello ayudará a disminuir la ansiedad y la hiperactividad que suelen afectar a los cachorros, haciéndoles morder todo lo que encuentran.

Cuando un cachorro muerde mucho y no hace caso a su tutor, es necesario trabajar en su educación y la optimización de su rutina. Después de todo, no podemos pretender que nuestro perro se porte bien y haga caso si jamás nos tomamos el tiempo de enseñarle qué significa obedecer. En este sentido, las pautas más básicas son:

1. Educa a tu cachorro desde el principio. La mejor manera de evitar que un cachorro asimile conductas poco deseables o seguras, es enseñarle desde su llegada al hogar qué conductas se consideran adecuadas y cuáles no. Recuerda que es mucho más fácil trabajar en el aprendizaje de un cachorro que en la modificación de una conducta problemática en un perro adulto. Y si no sabes por dónde empezar, echa un vistazo a “Cómo educar a un cachorro”.
2. Trabaja en la inhibición de la mordida. Para ayudarte en esta tarea, en ExpertoAnimal te contamos el paso a paso de “Cómo enseñar a un cachorro a no morder”.
3. Socializa a tu cachorro. Aunque no hayas podido hacerlo en el momento más oportuno (o sea, antes de su tercer o cuarto mes de vida), es fundamental que empieces a socializar cuanto antes a tu cachorro. Presentarlo correctamente a una variedad de estímulos, entornos e individuos, siempre velando por su seguridad, fomentará un comportamiento más equilibrado y confiable en la edad adulta. Además, un perro socializado puede disfrutar de una mejor vida social, con más libertad y menos miedo. No te pierdas nuestros consejos prácticos en “Cómo socializar a un perro cachorro correctamente”
4. Enriquece el ambiente. Cuanto más enriquecido estén los ambientes de tu perro, menor será la probabilidad de que recurra a conductas destructivas para aliviar el aburrimiento o la tensión acumulada. Entonces, si quieres evitar que tu cachorro muerda mucho y se vuelva destructivo, deja a su alcance una buena variedad de recursos y estímulos sensoriales, que le permitan ejercitarse y entretenerse aun cuando esté solo en casa. Para más consejos, echa un vistazo a: “Enriquecimiento ambiental para perros: ideas y juegos”.

Y recuerda: si tu cachorro sigue mordiendo y no te hace caso, no dudes en acudir a un profesional.

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