Mi perro muerde a la gente: causas y qué hacer

Son varias las causas que pueden explicar por qué un perro muerde a las personas. Veamos las más habituales:

• Conducta adquirida. Como explicamos en diferentes ocasiones, no siempre el acto de morder en los perros está relacionado con la agresividad. Por ejemplo, un perro puede morder jugando tanto a su tutor como a otras personas no porque se ha vuelto agresivo “de la nada”, sino porque ha asimilado que esta conducta es perfectamente aceptable en sus interacciones con las personas. Se trata de una conducta adquirida que, muchas veces, es producto de un refuerzo involuntario o inconsciente por parte del propio tutor. Te contamos más sobre esto en: “¿Por qué mi perro me muerde jugando?”.
• Cambio de dientes en cachorros. Otro ejemplo es el de los cachorros que están experimentando cambios en su dentición. Este proceso que comprende la caída de los dientes provisorios o de leche para dar lugar a la irrupción de las piezas definitivas suele generar ardor, picazón y molestias. En consecuencia, es muy común que, en esta etapa de su vida, los perros muerdan todo lo que encuentran, y esto no tiene nada que ver con la agresividad. Aquí te contamos “Cuándo cambian los dientes los perros”.
• Agresividad. Por lo general, en las situaciones donde el perro muerde no por agresión sino por otra causa, las mordeduras serán leves y sin intención de causar daño. Por lo contrario, si tu perro muerde a la gente fuerte y muestra otros claros signos de enfado o extrema incomodidad al relacionarse con las personas, es muy probable que estés ante algún tipo de agresión en perros.

Para diferenciar mejor estas situaciones, te recomendamos conocer los “6 niveles de mordidas de perros y sus significados”.

La agresividad en perros es un problema multicausal y suele clasificarse según la naturaleza del disparador que lleva al perro a recurrir a la agresión. Según una revisión realizada por la Universitat Autonoma de Barcelona (UAB)^[1], la agresividad del perro hacia las personas puede dividirse en dos grandes grupos según su causa:

Agresividad causada por problemas orgánicos

Es el tipo menos frecuente (alrededor de 25% de los casos) y se relaciona con factores internos al organismo del can, principalmente traumatismo, trastornos y enfermedades que provocan dolor, debilidad y/o síntomas neurológicos.

Los casos más frecuentes están asociados al dolor tópico o localizado en alguna zona del cuerpo del can (agresión por dolor). Para reconocerla, es posible guiarse por dos señales claras:

1. La respuesta agresiva se manifiesta sólo cuando se manipula una región concreta del cuerpo del perro,
2. En esta región, existe o ha existido un proceso patológico que produce o ha producido dolor al animal.

No obstante, hay algunas patologías (por suerte, poco frecuentes) que pueden generar agresividad sin producir dolor. Las principales son:

• Neoplasias intracraneales.
• Accidentes cerebrovasculares.
• Epilepsia témporo-límbica.
• Síndrome de agresividad por lapsus mental.

Finalmente, los procesos degenerativos que generan dolor crónico o disminución de los sentidos pueden conllevar a un incremento de la sensibilidad y, en consecuencia, de la reactividad. Ello explica porque, en la vejez, los perros suelen volverse más reactivos e hipersensibles que en la juventud, ya que, muchas veces, se ven afectados por enfermedades dolorosas y experimentan una pérdida progresiva de sus habilidades motoras y sensoriales. Para profundizar en este tema, echa un vistazo a: “Problemas de comportamiento en perros mayores”.

Agresividad sin causa orgánica

Es el tipo más frecuente de agresividad en perros hacia las personas, representando un 75% de los casos. Sus causas son múltiples y suelen relacionarse con factores ambientales y externos al organismo del can^[2], o bien con comportamientos instintivos que forman parte de la naturaleza canina. A continuación, listamos los principales disparadores de este tipo de agresividad en perros:

• Miedo. Es el principal disparador de las respuestas agresivas de los perros hacia los humanos. En estos casos, el perro recurre a la agresión como un mecanismo de defensa al sentirse amenazado por una persona, ya sea conocida o extraña. Muchas veces, estos ataques derivan de errores en la comunicación perro-humano, de la aplicación de métodos contraproducentes en la educación del perro (castigos, principalmente) o de conductas inapropiadas o de un lenguaje corporal incierto por parte de la persona atacada. Más información en: “10 síntomas y causas del miedo en perros”.
• Estrés. Un perro que tiene mucha tensión acumulada, tarde o temprano, recurrirá a los medios que estén a su alcance para descargarla. Es ahí cuando suelen producirse conductas destructivas y reacciones exageradas o agresivas, las cuales actúan como un mecanismo de alivio del exceso energético y el consecuente malestar que mitiga el bienestar del perro. El estrés en perros tiene muchas causas, desde la falta de estimulación física y mental hasta cambios repentinos e incluso algunos trastornos metabólicos y enfermedades. Para saber si tu perro es agresivo con las personas porque está estresado, fíjate en estos “10 síntomas de estrés en perros”
• Dominancia. Las dinámicas de dominancia-subordinación resultan esenciales para la conservación de la jerarquía dentro de los grupos sociales. Cuando un perro tiene la oportunidad de asimilar correctamente los códigos de comunicación y conducta social de su especie, tales dinámicas no deberían expresarse en las interacciones con humanos, puesto que la dominancia es intraespecífica. No obstante, cuando este proceso no trascurre de la manera adecuada, y principalmente si el perro no fue socializado y no encuentra una estructura y una rutina bien definidas en su hogar, es posible que estas dinámicas de dominancia-subordinación acaben provocando ataques a los propios tutores o a desconocidos. Aquí te contamos las “Características de un perro dominante”.
• Territorialidad. También es natural e instintiva en los perros, siendo fundamental para la protección de su territorio y los recursos allí presentes. Este tipo de agresividad es más común en perros enteros (no castrados), y su manifestación se intensifica después de que machos y hembras alcanzan la madurez sexual. Si tu perro quiere atacar a las visitas o cualquier persona que se acerque a su hogar, o bien si tu perro te muerde cuando le quitas algo de la boca, estos son ejemplos típicos de protección de recursos. Encuentra otros signos de este tipo de agresividad en: “El perro posesivo”.
• Instinto maternal. En las últimas semanas de gestación y después del parto, es natural que las perras se muestren más distantes y reactivas, sencillamente porque el instinto maternal las lleva a priorizar la integridad propia y de la camada. Un ejemplo bastante obvio de este tipo de agresión sería una perra recién parida que gruñe y muerde a cualquier persona que intenta acercarse a su refugio/nido o manipular a los cachorros. Te contamos más sobre este tema en: “Mi perra está agresiva después del parto: causas y soluciones”.

Antes de nada, es importante entender que casi nunca un perro muerde a la gente de la nada. Por lo general, los perros emiten una serie de señales de advertencia antes de atacar, las cuales suelen evidenciar su enfado e incomodidad con cierta acción o conducta que alguien lleva a cabo.

Cuando se trata de una agresión disparada por una causa, la respuesta agresiva puede ocurrir de forma más repentina. Aun así, lo más probable es que el perro muestre uno o varios signos de dolor, tales como: aislamiento, letargia, pérdida de apetito, cojera o dificultades para caminar, sensibilidad al tacto, etc.

Pero, en la mayoría de los casos, cuando hablamos de que un perro es agresivo con las personas con causas no orgánicas, es posible identificar varias señales previas al ataque. Las principales son:

1. Señales de calma. Suelen ser las primeras en manifestarse. Indican que el perro empieza a sentirse incómodo o molesto con alguna situación, y trata de evitar que ello se convierta en un conflicto o una disputa.
2. Postura defensiva. Si el perro se siente amenazado por la presencia o la conducta de una persona, es muy probable que despliegue signos de agresividad defensiva, los cuales indican que el perro se está preparando para atacar de ser necesario. Los principales signos son: pelo erizado, extremidades rígidas, enseñar los dientes, gruñir y emitir ladridos rápidos y sin pausas.
3. Postura ofensiva. Si las anteriores señales de advertencias son ignoradas, el perro adoptará una postura aún más rígida, que denota un claro enfado o ira hacia la persona que él percibe como una amenaza a su integridad. El pelo estará completamente erizado y toda su musculatura se verá claramente tensionada. Además de gruñir, el perro arrugará el hocico y emitirá ladridos más cortos y altos.

Para conocer más señales de que un perro se prepara para atacar, echa un vistazo a: “¿Cómo saber si mi perro está enfadado?”.

Si tu perro llega a morder a alguna persona, en ese exacto momento, debes concentrarte en impedir que el ataque se repita o se agrave. Para ello, lo primero es mantener la calma y una postura neutral, pues, si reaccionas de forma descontrolada o exagerada, ello solo contribuirá a que la tensión del momento siga escalando. Enseguida, puedes seguir los siguientes pasos:

1. Desvía el foco de atención de tu perro. En lugar de tirar de la correa o manipularlo bruscamente, enfócate en captar la atención de tu perro para que deje de enfocarse en la persona que quiere morder o que ha mordido. Empieza llamándolo por su nombre con un tono firme, pero no represivo. Si no funciona, prueba con llamar su atención con un juguete o algún objeto que emite un ruido (por ejemplo, tus llaves o el teléfono móvil).
2. Impón una distancia de seguridad. Una vez que tengas la atención de tu perro, aléjalo de la persona que quiso atacar o que ha atacado. Recuerda no hacerlo bruscamente, tirando de la correa, pues ello aumentará su enfado. Sigue atrayendo su atención con algo que le gusta, como seguir paseando u olfatear un árbol, jugar con un juguete, etc.
3. Deja que tu perro se calme. Poco a poco, condúcelo al hogar y deja que se tranquilice a su tiempo. No intentes regañarlo ni mucho menos castigarlo por lo que acaba de hacer. Estos métodos solo causarán más enfado, estrés o frustración, pudiendo generar un nuevo ataque incluso hacia ti. Ya llegará el tiempo de trabajar en esta respuesta agresiva, pero ahora es momento de que tu perro recupere su equilibrio y no vuelva a morder a nadie.
4. Ofrece asistencia a la víctima. Después de certificarte de que tu perro esté en un entorno seguro y que no pueda volver a atacar a nadie, recuerda brindar apoyo y asistencia a la persona que ha mordido o intentado morder.

Sí, te pueden denunciar si tu perro muerde a la gente, al igual que puedes denunciar si el can de otra persona te muerde. Desde ExpertoAnimal, jamás estaremos de acuerdo en que los perros son cosas o bienes que tienen un dueño. Pero también creemos que es fundamental concientizar a los tutores de que son responsables de las acciones de sus perros, así como de su prevención y sus consecuencias.

De hecho, en España se han aprobado nuevas legislaciones en las que se determina que es responsabilidad del tutor tomar las medidas preventivas necesarias para que su perro no pueda infringir daños a las personas y otros animales en espacios públicos. Por ende, no es necesario que tu perro llegue a morder a la gente para que recibas una multa o denuncia, pues ya el hecho de llevarlo suelto (sin correa) en espacios que no estén reservados para uso exclusivo de los perros, supondría un desacato a tales normativas. Para entender mejor qué dice la nueva normativa en España, fíjate en este artículo: “¿Me pueden multar por llevar al perro sin correa?”.

Además, ten en mente que, en muchos países, se han aprobado leyes específicas sobre la tenencia de perros considerados potencialmente peligrosos (PPP). Si eres el tutor de una de estas razas, es esencial que cumplas con tales directrices para evitar cualquier tipo de denuncia o penalizaciones, así como garantizar que tu perro pueda convivir armoniosamente con otros perros y las personas en espacios públicos. Si vives en España, aquí te explicamos "Cómo es la nueva Ley de Bienestar Animal".

Sí, en muchos casos, los perros que presentan signos de agresividad pueden ser rehabilitados, pero ello requiere de paciencia y compromiso por parte del tutor. Si tu perro muerde a la gente, el primer paso es consultar con un veterinario etólogo para descartar causas patológicas e intentar identificar el disparador de estas reacciones. En base a ello, podrá establecer pautas de tratamiento compatibles con sus necesidades.

En varios casos, es posible tener una mejora significativa haciendo cambios en el estilo de vida y el ambiente del perro. Por ejemplo, optimizando la rutina de ejercicios, enriqueciendo el ambiente y trabajando en la socialización. Estas pautas son útiles para que el perro tenga vías adecuadas para gastar energía y no acumular tensión, así como para que pueda asimilar una mayor variedad de recursos para convivir de forma más armoniosa con otros individuos.

No obstante, en casos más complejos, donde el perro es agresivo con las personas de forma reiterada y en diferentes contextos, será necesario tiempo y ayuda profesional de un experto en modificación de conducta para que pueda rehabilitarse.

La medida más inmediata, aunque paliativa, es instalar unas rejas o puertas de seguridad para que tu perro no esté en la misma habitación que las visitas. Lógicamente, ello no solucionará el problema, ya que no actuará sobre la causa de la agresividad, pero si tienes que recibir gente en tu casa dentro de poco tiempo, ello puede ayudarte a prevenir un ataque.

Pasando a las medidas preventivas de largo plazo, resulta indispensable conocer la causa de la agresividad de tu perro hacia las personas para saber cómo prevenir ataques a las visitas. Justamente por ello es tan importante, antes de aplicar cualquier método o medida, contar con la orientación de un experto en etología canina. Así mismo, a continuación, listamos las tres medidas preventivas más fundamentales:

• Socializar a tu perro. Lo ideal es empezar a socializar al cachorro antes de su tercer o cuarto mes de vida. Pero, también es posible y necesario llevar a cabo la socialización del perro en la edad adulta. Aprende cómo hacerlo en: “Cómo socializar a un perro adulto”.
• Optimizar su estimulación física y mental. Los perros necesitan tener vías adecuadas y seguras para gastar energía y expresarse libremente, evitando el cúmulo de tensión y los consecuentes trastornos de conducta asociados al estrés. Asegúrate de que tu perro haga ejercicio diariamente y que viva en un ambiente enriquecido. Aquí te brindamos algunas “Ideas de enriquecimiento ambiental para perros”.
• Considerar los beneficios de la castración. Como vimos anteriormente, los perros machos y hembras enteros tienen mayores probabilidades de desarrollar conductas agresivas por instintos asociados a la territorialidad y la reproducción/deseo sexual. Castrar a tu perro tempranamente, además de prevenir varias enfermedades en el tracto reproductor, también reducirá el riesgo de ataques a personas y otros perros. Si tienes dudas sobre este procedimiento, consulta este artículo: “Castrar a un perro - Precio, posoperatorio, consecuencias y beneficios”.

La respuesta depende del tipo de agresividad que tiene tu perro hacia las personas, así como de la forma y frecuencia con que se manifiesta. Por ejemplo, si tu perro muerde a la gente cuando sale a pasear (o intenta hacerlo), usar bozal, correa y arnés antiescape al sacarlo a la calle reducirá significativamente las probabilidades de que pueda realizar un ataque.

Por otro lado, si tu perro solo es agresivo con la gente que se acerca a su territorio, no resulta viable obligarlo a llevar un bozal todo el día. Mejor sería asegurarte de que tu peludo no pueda morder a la gente que pase por la calle. Por ejemplo, si tu perro logra meter su cabeza entre las rejas, podría ser útil instalar una malla o red de protección, o bien delimitar el espacio donde tiene libre circulación, dando preferencia a un patio interno donde haya menor circulación de personas.

Lógicamente, estas son medidas paliativas para evitar un ataque mientras trabajas en las pautas de tratamiento recomendadas por el veterinario y el educador canino. Entonces, nuevamente, lo mejor es consultar con un profesional que conozca el caso de tu peludo sobre la necesidad de usar o no un bozal.

¡Sí! Algunas razas, por factores genéticos y de complexión corporal, tienden a ser más agresivas que otras. En líneas generales, los perros pequeños y de complexión más fina/débil (baja densidad muscular), son más reactivos y suelen recurrir con más frecuencia a la agresividad por miedo, justamente por sentirse más vulnerables ante cualquier estímulo adverso. Por ejemplo, es bien sabido que los chihuahuas tienden a ser muy reactivos. Pruebas realizadas por la la Sociedad Americana de Pruebas de Temperamento^[3]han demostrado que esta raza canina está entre las menos tolerantes, mostrando una alta predisposición a recurrir a la agresión en diferentes contextos. Para leer más sobre este punto, te recomendamos: "¿Por qué los chihuahuas son agresivos?".

Así mismo, vale la pena resaltar que, siempre que hablamos de la influencia de la genética en el comportamiento canino, nos referimos a la predisposición a ciertas conductas instintivas. Hoy sabemos que el comportamiento del perro a nivel individual, se ve más afectado por el entorno y la educación que por los genes. Por ende, el hecho de que una raza registre una mayor tendencia a recurrir a la agresión como mecanismo de autopreservación, no significa que todos los individuos de esta raza serán agresivos, porque la conducta de cada uno de ellos se verá fuertemente influenciada por la socialización y la crianza en general.

Siempre que tu perro genere un daño a otro individuo, este incidente será una fuente de preocupación porque alguien salió herido. Por lo tanto, siempre deberías estar atento al comportamiento de tu perro y dispuesto a brindar asistencia a la víctima de su mordedura.

No obstante, es importante diferenciar el caso de un perro que muerde a una persona específica bajo ciertas circunstancias, del comportamiento de un perro que es agresivo con las personas en general. Por ejemplo, si una persona se acerca a ti o a tu perro con una actitud amenazadora o con un lenguaje corporal dudoso (por ejemplo, en un estado de ebriedad), es natural que tu perro se prepare para defenderte o defenderse, porque el instinto de protección y supervivencia está presente en todas las especies, inclusive en los perros. En estos casos, el perro solo recurre a la agresión porque siente un peligro real a su bienestar o al tuyo.

Otra situación completamente diferente se da cuando un perro ataca a cualquier persona, independiente de su conducta o de las circunstancias que se desarrollan al momento del ataque. Podríamos decir que, en estas situaciones, la agresividad fue desplazada, dejando de ser un recurso extremo y extraordinario, para convertirse en un modo habitual o cotidiano de interactuar con las personas.

Finalmente, también debes prestar atención si el carácter de tu perro cambia de forma repentina. Si perro empieza a reaccionar negativamente ante estímulos o en situaciones donde solía mantener una conducta amigable o calmada, te recomendamos acudir al veterinario.

Por último, pero no menos importante, te invitamos a conocer más consejos prácticos para un buen manejo de la agresividad en perros en el siguiente artículo: “Mi perro es muy agresivo con las personas: causas y soluciones”.

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