Moquillo en perros: síntomas, contagio y tratamiento
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El moquillo canino, también conocido como distemper o enfermedad de Carré, es una patología infectocontagiosa de origen vírico que puede llegar a ser muy grave para los perros, pues presenta un elevado grado de mortalidad. Afecta especialmente a cachorros y a perros adultos no vacunados o inmunodeprimidos y les provoca alteraciones a muchos niveles, destacando la aparición de síntomas gastrointestinales, cutáneos, dentales y neurológicos.
Desgraciadamente, hoy en día no contamos con un tratamiento que sea eficaz en la destrucción del virus, pero sí que existen formas de tratar de mejorar el estado inmunológico del animal y su calidad de vida, mientras su cuerpo lucha contra la enfermedad. En este artículo de ExpertoAnimal hablaremos en detalle del moquillo en los perros, los síntomas más comunes de la enfermedad, las formas de contagio que existen, cómo se diagnostica y se trata y mucha más información de gran utilidad para conocer y poder prevenir esta peligrosa patología, ¡no te lo pierdas!
- ¿Qué es el moquillo canino?
- Causas del moquillo en perros
- ¿Cómo se contagia el moquillo en perros?
- ¿Un perro vacunado de moquillo se puede contagiar?
- ¿El moquillo de los perros se contagia a las personas?
- Síntomas del moquillo en perros y etapas
- Tipos de moquillo en los perros
- Diagnóstico del moquillo en los perros
- Tratamiento del moquillo en perros
- ¿Cuánto dura el moquillo en perros?
- Secuelas del moquillo en perros
- ¿Un perro puede vivir con moquillo?
- ¿Cómo prevenir el moquillo canino?
- ¿Cómo cuidar un perro con moquillo?
- ¿Hay remedios caseros para el moquillo canino?
¿Qué es el moquillo canino?
El moquillo canino o distemper es una enfermedad de tipo vírico que ataca principalmente a los perros, pero que también puede afectar a muchos otros animales carnívoros como son, por ejemplo, hurones y otros mustélidos, zorros, lobos, osos y, en contadas ocasiones, a felinos silvestres como los linces.
Esta patología destaca por ser extremadamente contagiosa, además de presentar una elevada morbilidad y mortalidad. Se calcula que ,en perros adultos, la mortalidad ronda el 50%. No obstante, en cachorros, los más afectados por el moquillo, la mortalidad puede alcanzar tasas de hasta el 80%, por lo que se trata de una patología muy grave.
Los perros menores de seis meses y aquellos que no han sido vacunados son los más susceptibles a infectarse por el virus del moquillo, aunque la probabilidad de contraer esta enfermedad también aumenta en el caso de animales inmunodeprimidos, sometidos a altos niveles de estrés o de edades muy avanzadas.
Causas del moquillo en perros
El moquillo está causado por el virus que da nombre a la propia enfermedad: el virus del moquillo canino o CDV por sus siglas en inglés (Canine Distemper Virus). Dentro de la clasificación clásica de los virus, conocida como clasificación de Baltimore, el del moquillo pertenece al grupo V, pues es un virus ARN monocatenario negativo. A su vez, forma parte de una familia denominada Paramyxoviridae y de un género conocido como Morbillivirus, del cual forman parte otros virus que también provocan enfermedades muy conocidas, como el sarampión o la peste bovina.
¿Cómo se contagia el moquillo en perros?
El virus del moquillo canino es altamente contagioso y lo más habitual es que dicho contagio se produzca cuando un animal entra en contacto con fluidos o secreciones procedentes de otro individuo afectado por el virus. No obstante, sabemos que son varias las vías de transmisión del moquillo canino y aquí te dejamos las más importantes:
- A través del aire: un animal puede llegar a infectarse si respira las pequeñas partículas virales que pueden encontrarse suspendidas en el ambiente. Esto ocurre, sobre todo, si un perro enfermo o que ha superado la enfermedad hace poco tiempo, estornuda o tose cerca de otro can sano.
- A través de objetos: es cierto que el virus del moquillo no sobrevive demasiado tiempo fuera del organismo, no obstante, ciertos objetos de uso frecuente, como el comedero o algunos juguetes, pueden ser vectores de transmisión del virus entre un perro enfermo y otro sano. Igualmente, si se trata con un animal que padece moquillo, se recomienda cambiarse de ropa y lavarse bien las manos antes de tener contacto con otro animal sano.
- A través de la gestación y la lactancia: perras infectadas con moquillo pueden llegar a transmitir el virus a sus cachorros, bien durante la gestación o bien durante el periodo de lactancia de los perritos.
- A través de fluidos y secreciones: el virus del moquillo se elimina por la saliva, las lágrimas, el moco, la orina y las heces de los perros infectados, por lo que cualquier contacto con las secreciones corporales de estos animales puede hacer que un perro sano enferme rápidamente. Compartir comida o agua también supone un riesgo alto de contagio.
¿Un perro vacunado de moquillo se puede contagiar?
Afortunadamente, existe una vacuna contra el moquillo canino que, a pesar de no ser obligatoria, es altamente recomendable, pues es la mejor herramienta que tenemos para prevenir la aparición de la enfermedad. No obstante, y como es habitual, la vacuna contra el distemper canino reduce muchísimo la probabilidad e infectarse y desarrollar una enfermedad grave, pero no tiene una eficacia del 100%, por lo que sí, un perro vacunado puede contraer moquillo, aunque no suele ser lo más frecuente.
Para tratar de evitarlo, debemos asegurarnos de que el perro recibe todas las dosis de vacunación que le corresponden según su plan anual de vacunación y que dichas dosis sean administradas y registradas por un veterinario.
Si se ha producido cualquier fallo en la vacunación o el animal ha estado muy expuesto al virus y ha contraído el moquillo a pesar de estar vacunado, lo más habitual es que desarrolle unos síntomas más leves y tenga mayor probabilidad de recuperarse bien y sin secuelas.
¿El moquillo de los perros se contagia a las personas?
A pesar de su gran similitud con otros virus que sí afectan a las personas, como el del sarampión, el virus que produce la enfermedad del moquillo canino, el CDV, afecta exclusivamente a perros y otros animales carnívoros, por lo que no se transmite a las personas. Al no ser una enfermedad zoonótica, podemos tratar a canes afectados de moquillo sin riesgo para nosotros, pero debemos tener muy en cuenta que a través de nuestra ropa y de los objetos que utilicemos con el animal enfermo, podemos transportar el virus y contagiar así a perros sanos con los que tengamos un contacto posterior.
Síntomas del moquillo en perros y etapas
La enfermedad del moquillo afecta a múltiples sistemas orgánicos y los perros infectados pueden presentar síntomas muy diversos. Por lo general, los primeros signos evidentes de enfermedad aparecen pasados unos 15 días tras el contagio, aunque en animales inmunodeprimidos la patología puede desarrollarse con mayor velocidad.
Síntomas iniciales
Estos síntomas iniciales tienden a ser más inespecíficos y, en ocasiones, pueden pasar desapercibidos. Entre ellos, encontramos:
- Apatía y letargo.
- Episodios de fiebre intermitente.
- Falta de apetito y anorexia.
- Estornudos con secreción nasal.
- Lagrimeo excesivo y alteraciones oculares.
Si esta primera fase no se atiende correctamente, los síntomas evolucionan y aparecen las alteraciones gastrointestinales caracterizadas por vómitos y diarreas. También suelen empeorar rápidamente los síntomas respiratorios y, como consecuencia, el animal tose con frecuencia y desarrolla disnea, es decir, dificultad para respirar con normalidad. En esta fase de la enfermedad, el perro comienza a fatigarse con facilidad y presenta intolerancia al ejercicio.
Síntomas avanzados
En la etapa más avanzada de la enfermedad, el moquillo puede debilitar el esmalte dental y provocar problemas cutáneos, caracterizados sobre todo por una dermatitis y una hiperqueratosis muy evidente en zonas como la trufa o las almohadillas.
Síntomas neurológicos
También son características las alteraciones neurológicas como son la ataxia, las ceguera transitoria, los espasmos musculares o las convulsiones que, una vez aparecen, indican que el estado del animal es muy grave y, muy posiblemente, irreversible.
¿Cómo diferenciarlo de otras enfermedades?
De forma resumida, los principales síntomas del moquillo canino son:
- Fiebre elevada.
- Pérdida del apetito y anorexia.
- Apatía y letargo.
- Deshidratación.
- Descarga nasal.
- Tos.
- Dificultad para respirar.
- Alteraciones oculares (secreción ocular, conjuntivitis, úlceras...).
- Vómitos.
- Diarreas.
- Hiperqueratosis.
- Dermatitis.
- Ataxia.
- Movimientos involuntarios de músculos.
- Convulsiones.
- Apoplejía.
El virus se replica en el tejido linfático del tracto respiratorio, infectando posteriormente el epitelio respiratorio, gastrointestinal y urogenital. También afecta al sistema nervioso central (SNC) y a los nervios ópticos. La inmunidad del huésped es lo que determinará el grado de viremia, es decir, el nivel de gravedad.
Inicialmente, es complicado diferenciarlo de otras enfermedades, por ello es preciso acudir al veterinario lo antes posible.
Tipos de moquillo en los perros
En función del sistema o aparato al que el virus del moquillo afecte más, esta enfermedad podría clasificarse en respiratoria, digestiva, cutánea, neurológica... Sin embargo, esta clasificación no se suele utilizar, puesto que lo más habitual es que, a medida que progresa la patología, sean varios los órganos que se ven afectados.
No obstante, sí que podríamos diferenciar varias formas clínicas de distemper en función de la velocidad con la que se desarrollen:
- Patología sobreaguda: la enfermedad se instaura con extrema rapidez, en cuestión de pocos días, provocando síntomas muy graves y resultando generalmente mortal para el animal.
- Patología aguda: es la forma clásica de presentación del moquillo. El perro pasa entre una y dos semanas incubando la enfermedad y, tras este periodo, comienza a presentar síntomas como fiebre, apatía, anorexia, vómitos, diarrea, etc. Si no se atienden estos primeros síntomas, pocos días después pueden iniciarse las alteraciones neurológicas y el pronóstico empeora considerablemente.
- Subaguda: en este caso, la evolución de la enfermedad es más lenta y los primeros síntomas, los más inespecíficos, pueden llegar a pasar desapercibidos. Los síntomas neurológicos se inician tras unas semanas o incluso meses y se caracterizan por la aparición de espasmos, temblores, convulsiones, desorientación, ataxia, etc.
- Crónica: es muy poco frecuente y suele aparecer en perros de entre 4 y 8 años. La enfermedad se desarrolla muy lentamente como consecuencia de un proceso inmunomediado y los síntomas neurológicos tardan años en aparecer. A veces, los perros pueden llevar una vida relativamente normal con un tratamiento de por vida, pero en muchos casos se acaba produciendo un deterioro severo y el animal queda con secuelas permanentes.
Diagnóstico del moquillo en los perros
Un diagnóstico precoz es imprescindible para poder tratar el moquillo y salvar la vida del perro, puesto que el grado de mortalidad de esta patología es muy elevado y si el tratamiento se retrasa, el pronóstico empeora considerablemente.
Ante la aparición repentina de cualquiera de los síntomas que hemos mencionado en un apartado anterior, se debe realizar una visita al centro veterinario, donde el profesional realizará una evaluación inicial que consistirá en una exhaustiva recogida de información para elaborar la historia clínica del perro, así como una exploración física completa, donde se valorarán las constantes vitales del animal, su grado de deshidratación, etc.
Pruebas veterinarias
Una vez hecho lo anterior, si el veterinario sospecha de la presencia de moquillo, le realizará al perro un test rápido de antígenos, el cual detecta en muy poco tiempo la presencia del virus en la saliva, la sangre o la secreción ocular o nasal del can. Ahora bien, este test puede dar un falso negativo si la carga vírica es escasa, por ello, y para confirmar la presencia o ausencia de la enfermedad, también se pueden realizar pruebas más detalladas, como son:
- PCR (reacción en cadena de la polimerasa): detecta el material genético del virus con alta precisión. Es una prueba muy fiable, pero puede tardar un tiempo en llevarse a cabo.
- Hematología y bioquímica: aunque no confirma la presencia del virus, aporta mucha información relativa al estado del sistema inmunológico y sanguíneo del animal.
- Inmunohistoquímica: consiste en la utilizador de marcadores y técnicas de fluorescencia para detectar la presencia de virus en los tejidos del animal
Una vez obtenidos los resultados, es importante realizar un buen diagnóstico diferencial con otras patologías como la parvovirosis, la meningitis, la epilepsia, etc.
Tratamiento del moquillo en perros
¿El moquillo en perros tiene cura? Desgraciadamente, no existe un tratamiento específico que nos permita eliminar el virus del moquillo del organismo del perro y, por ello, el tratamiento que se lleva a cabo tiene los siguientes objetivos:
- Aliviar los síntomas del perro: en función de cuáles sean los principales síntomas del perro, se le administrará un tratamiento concreto. Por ejemplo, los animales que sufran alteraciones respiratorias pueden necesitar la administración de broncodilatadores; aquellos que padezcan convulsiones deberán tomar antiepilépticos; a los que tengan diarrea se les prescribirán dietas especiales, probióticos, etc.
- Mejorar su sistema inmunitario: el sistema inmune del can debe ser quien luche contra el virus, por lo que gran parte del tratamiento consistirá en la administración de fármacos que ayuden al animal a combatir la enfermedad, mejorando la capacidad de sus células para hacer frente al virus.
- Tratar las infecciones secundarias: cuando el virus del moquillo ataca al animal, este se vuelve mucho más susceptible a padecer infecciones secundarias, por lo que muchas veces el tratamiento incluye el uso de antibióticos que ayudan a mantener a raya la proliferación de bacterias patógenas en el organismo del perro.
- Tratamiento de apoyo: la administración de fluidoterapia para prevenir la deshidratación o los suplementos alimenticios añadidos a la dieta del animal pueden ser de gran ayuda para fortalecer la salud del perro y ayudarle en la lucha contra el virus.
Debemos tener en cuenta que, cuanto antes se detecte la enfermedad y se empiece el tratamiento, mejor será el pronóstico. En los casos más graves se valorará además la hospitalización del perro en el hospital veterinario para administrar suero y fármacos por vía intravenosa.
Es importante destacar que ningún tratamiento para el moquillo en perros es exitoso en el 100% de los casos. Cuando el perro ya presenta signos neurológicos graves, el pronóstico es muy desfavorable y en ocasiones la única solución factible para evitar el sufrimiento del perro es la eutanasia.
¿Cuánto dura el moquillo en perros?
No es posible determinar una duración concreta de la enfermedad, pues esta es extremadamente variable y puede afectar de manera diferente a cada perro. En términos generales, el moquillo agudo (que es la presentación más frecuente de la enfermedad) tiene un periodo de incubación comprendido entre una y dos semanas, tras las cuales comienzan a aparecer los primeros síntomas. Estos, dependiendo de si se tratan de manera precoz o no, pueden evolucionar en tan solo unos pocos días hasta volverse muy graves. En esta situación, solo hay tres finales posibles: la completa recuperación del animal, su muerte o el desarrollo de una enfermedad crónica en la cual pueden quedar secuelas de por vida.
La duración de todo este proceso dependerá del estado de salud previo del perro, de la competencia de sus sistema inmune, de la carga viral que tenga y de la velocidad con la que se diagnostique y se trate la enfermedad. Igualmente, el pronóstico del moquillo es reservado, pues es muy difícil prever si el perro se recuperará o no.
Secuelas del moquillo en perros
Los animales que consiguen sobrevivir al moquillo pueden recuperarse completamente o padecer algunas secuelas, en función de la gravedad de la enfermedad y de los órganos que se hayan visto afectados durante el transcurso de la misma.
Lo más frecuente es que las secuelas que quedan sean de tipo neurológico, aunque es cierto que en algunos casos pueden persistir ciertos síntomas respiratorios, cutáneos, oculares o incluso dentales, estos últimos en cachorros principalmente.
Las secuelas del moquillo en perros que con mayor frecuencia quedan son:
- Ataxia e incoordinación.
- Espasmos musculares incontrolados.
- Convulsiones esporádicas y recurrentes.
- Hiperqueratosis en zonas como la trufa o las almohadillas.
- Caída prematura de dientes y mayor fragilidad dental.
- Ceguera total o parcial.
- Úlceras recidivantes en la córnea.
- Fibrosis pulmonar.
- Inmunodepresión y mayor probabilidad de contraer infecciones.
¿Un perro puede vivir con moquillo?
El moquillo es una enfermedad que, por lo general, tiene mal pronóstico, lo que implica que los animales que la padecen no pueden vivir mucho tiempo con la infección vírica en curso. Si bien es cierto que hablamos de "moquillo crónico" cuando los síntomas se desarrollan lentamente y se prolongan en el tiempo, un animal sin tratamiento veterinario no suele sobrevivir demasiado una vez aparecen los síntomas.
Por tanto, si un perro se contagia con moquillo y se le da el tratamiento adecuado, tiene más posibilidades de recuperarse completamente o de quedar con ciertas secuelas, pero fuera de peligro. Por su parte, si un animal no se atiende como es debido, lo más probable es que muera en unos días o semanas.
¿Cómo prevenir el moquillo canino?
La forma más efectiva de prevenir el contagio del virus del moquillo en los perros es, sin duda, mediante el seguimiento del calendario de vacunas para perros. Si bien es cierto que la vacuna del moquillo no es obligatoria, es altamente recomendable, debido al elevado grado de mortalidad que tiene esta enfermedad.
¿A qué edad se pone la vacuna del moquillo a los perros?
Aunque, en función de ciertas circunstancias el veterinario puede decidir alterar el momento de administrar una vacuna, lo más habitual es que los cachorros reciban su primera dosis de vacunación contra el virus del moquillo entre las 7 y las 9 semanas de edad. No obstante, una única dosis no garantiza la protección que el cachorro necesita, por lo que la vacunación debe repetirse a las 12 semanas y, de nuevo, entre las 16 semanas y el año de vida. Estas tres dosis conforman la llamada primovacunación del perro.
¿Cada cuánto poner la vacuna del moquillo a los perros?
Una vez completada la primovacunación, el perro debe recibir una dosis de recuerdo pasado un año desde la última inyección que recibió. A partir de entonces, lo más frecuente es revacunar una vez al año, pero en función de la vacuna empleada, del estado de salud del animal o de la zona en la que viva, puede ser suficiente con administrarla una vez cada tres años. El veterinario será quien te indique cuál es la frecuencia de vacunación más adecuada para tu peludo.
¿Cómo cuidar un perro con moquillo?
Tras el diagnóstico de moquillo, es probable que el perro deba quedarse ingresado en el hospital veterinario para poder recuperarse. No obstante, si la carga vírica que presenta el animal es baja o si los veterinarios consideran que puede pasar su periodo de recuperación en casa, serán los tutores del can quienes deban hacerse cargo de sus cuidados.
Los principales cuidados que necesita un perro con moquillo son los siguientes:
- Seguir las instrucciones veterinarias. Esto es lo más importante. Para que el perro pueda sanar, es imprescindible cumplir estrictamente con la pauta de tratamiento farmacológico que el profesional le haya prescrito, pues de esta forma minimizaremos los síntomas del perro y ayudaremos a que sus sistema inmune se haga más fuerte y pueda luchar contra el virus.
- Ofrecerle un ambiente tranquilo, seguro y cómodo para descansar.El animal debe disponer una cama confortable, colocada en un espacio aislado del ruido, la humedad y las corrientes de aire frio. En ningún caso se debe dejar al animal a la intemperie, pues las temperaturas extremas, la lluvia o el viento pueden ser muy perjudiciales para un can con las defensas bajas.
- Garantizar que come y se hidrata para ganar fuerza. Si el veterinario ha prescrito una dieta especial, será solo esa la que le ofrezcamos al animal. Si no, podemos favorecer su apetito dándole comida húmeda completa que, además de ser más apetitosa, le aporta mayor hidratación al perro.
- Observar su evolución, anotando en una libreta los síntomas que observemos para saber si remiten o no, tomando la temperatura a nuestro perro una o dos veces al día y analizando el color, volumen, olor y consistencia de sus secreciones y deposiciones. Toda esta información debemos compartirla con el veterinario.
- Mantenerlo totalmente aislado de otros animales, muy especialmente de otros perros para evitar contagios. Será el veterinario quien nos indique cuándo es seguro que el perro vuelva a interactuar con otros.
¿Hay remedios caseros para el moquillo canino?
Es muy importante destacar que no existen remedios caseros para curar el moquillo canino, al igual que no existe un tratamiento veterinario que, hoy en día, sea capaz de exterminar el virus una vez este se encuentra en el organismo del perro. No obstante, sí que existen fórmulas para mejorar el bienestar del individuo y su recuperación. Por ello, si te has quedado con ganas de saber más, desde ExpertoAnimal te animamos a echarle un vistazo a este vídeo sobre remedios caseros para el moquillo en perros, toralmente naturales, y que te ayudarán a aliviar los síntomas de malestar de tu peludo.
Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.
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- Detection of Canine Distemper Virus Nucleoprotein RNA by Reverse Transcription-PCR Using Serum, Whole Blood, and Cerebrospinal Fluid from Dogs with Distemper A. L. Frisk, M. König, A. Moritz, and W. Baumgärtner Institut für Veterinär-Pathologie, Institut für Virologie, Fachbereich Veterinärmedizin, and Medizinische und Gerichtliche Veterinärklinik, Justus-Liebig-Universität Giessen, 35392 Giessen, Germany.
- Canine Distemper: Considerations in a Shelter, Center for Companion animals, Health UC Davis School of Veterinary Medicine.
- Kate E. Creevy. (2019). Canine Distemper (Hardpad Disease). 2019, de College of Veterinary Medicine, University of Georgia
- Kate E. Creevy . (2019). Canine Distemper Overview. 2019, de College of Veterinary Medicine, University of Georgia
- Testing for Canine Distemper, Antech News. November o 2001
- Overcoming maternal antibody interference with canine parvovirus vaccination Roy V. H. Pollock, DVM, PhD Michael J. Coyne, VMD, PhD Pfizer Animal Health 812 Springdale Dr. Exton, PA 19341
- Serodiagnosis of Canine Distemper and Parvovirus, Immunocomb, Biogal Labs
- Clinical use of serum parvovirus and distemper virus antibody titers for determining revaccination strategies in healthy dogs Lisa Twark, DVM, and W. Jean Dodds, DVM
- Frequently Asked Questions About Canine Distemper. The Ohaio State University - College of Veterinary Medicine.
